Artículo
Original
Calidad de vida de adolescentes y adultos jóvenes foráneos adictos atendidos
en las comunidades terapéuticas El Cocal y El Quinqué
Life quality of addicted adolescents and young adults’ therapeutic
communities from El Cocal and El Quinqué
Dra. Yurisán E. Rosales
Casavielles1*
Dra. Mayra Góngora
Herse1
Dra. Evelyn J. de la
Rosa Rosales 2
Lic. Elisabeth de la
Rosa Rosales3
MSc. Juan Rafael de la
Rosa de la Rosa3
1Comunidad Terapéutica Internacional Villa Cocal –
Quinqué. Holguín, Cuba.
2 Policlínica Máximo Gómez Báez. Holguín, Cuba.
3Facultad de Ciencias Médicas Mariana Grajales Coello.
Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, Cuba.
*Autor para la correspondencia. Correo
electrónico: yurisanhlg@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: el
consumo de sustancias tóxicas supone un grave problema biológico, psicológico y
social para los individuos adictos.
Objetivo:
caracterizar las adicciones en pacientes adolescentes y adultos jóvenes foráneos
atendidos en las Comunidades Terapéuticas
El Cocal y El Quinqué.
Método: se realizó un estudio descriptivo a
los 612 adolescentes y adultos jóvenes foráneos atendidos que ingresaron entre el 2001 y 2015 en las Comunidades
Terapéuticas de Holguín, Cuba. Los factores de riesgo se precisan en las
historias clínicas, donde aparecen el examen psiquiátrico, historia social
psiquiátrica, entrevistas individuales,
dinámica familiar y estudios psicológicos.
Resultados: prevaleció el sexo masculino, con el
93,6%, y el grupo de edades 20 a 24 años, con el 88,6%; el inicio del consumo ocurrió
entre los 13 y 17 años, con el 49,5%, así como el 52,9% con nivel académico de bachiller
elemental; el 66,7% se encontraban solteros y el 60,5% nunca tuvo vínculo
laboral. Las principales drogas de
consumo fueron alcohol (94,3%), marihuana (85,1%) y cocaína (84,3%). Los
factores de riesgo personológicos y familiares desempeñaron un papel
determinante para el uso y abuso de drogas, con el consiguiente deterioro paulatino
de la calidad de vida.
Conclusiones: la
adicción prevalece en jóvenes del sexo masculino policonsumidores, en que los
factores de riesgos tuvieron un papel
determinante en el uso y abuso de drogas legales e ilegales, que genera el
deterioro de su calidad de vida.
Palabras
clave: adicción a drogas, trastornos
relacionados con cocaína, adicción a marihuana, adicción al alcohol, adolescente,
calidad de vida.
ABSTRACT
Introduction: drugs have become a terrible biological, psychological
and social problem, affecting addicted individuals´ quality of life.
Objective:
characterize adolescents and young-adults addictions and life quality, treated
at El Quinqué and El Cocal Therapeutic Communities.
Method:
a descriptive study on a sample of 612 adolescents and young-adults admitted in
the therapeutics communities of Holguin, Cuba, from 2001 to 2015. Risk factors,
psychiatric history, individual interviews, familiar dynamics and psychological
studies are included in the clinical records.
Results:
males prevailed in 93.6%, and the age groups from 20 to 24 reached 88.6%. Consumption
between 13 and 17 years old were 49.5% as well as the 52.9% % with elementary
bachelor. The 66.7% were single, 60.5% had never worked. Consumption main drugs
were alcohol up to 94.3%, marijuana with 85.1% and cocaine elevated to 84.3%.
The personological and family risk factors for the use and abuse of drugs,
diminishes their life quality.
Conclusions: addiction prevails in polychocumenical male adolescents.
Risk factors are the key to the use and abuse of legal and illegal drugs. They
gradually deteriorate life quality.
Key words:
drug addiction, cocaine related disorders, marijuana addiction, alcohol
addiction, adolescent, quality of life.
Recibido: 16/12/2016.
Aprobado: 06/11/2018.
Introducción
La adolescencia es una época de importantes
cambios proclives a conductas de riesgo.1 Nuestra sociedad se
preocupa por la adolescencia. En sus preceptos le trasmite responsabilidad y la idea del derecho de nacer deseado y
protegido, pues solo así se podrá mantener el concepto de familia.(2,3)La
Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la adolescencia
comprende el período de vida entre los
10 y 19 años y juventud desde los 15 a los 24 años, lo cual varía en cada país.
En Cuba, se considera que el individuo es adulto joven a los 21 años. (4,5)
Los adolescentes atraviesan por un período
crítico de cambios físicos y psicológicos, que conllevan diversos riesgos, hasta que logran adquirir y
desarrollar competencias cognitivo-afectivas y sociales que permiten llegar adecuadamente
a la adultez.(4,6)
En esta etapa afloran características de
rebeldía, egocentrismo, cuestionamiento, inestabilidad, inseguridad y necesidad
de autonomía, con las que es preciso lidiar sabiamente.
Para reafirmar su identidad toman distancia de
sus padres; etapa cuando el grupo cobra un significado gravitante, ya que la aceptación
o el rechazo es un aspecto crucial en esta etapa.
Los adolescentes pueden adoptar diferentes conductas de riesgo, como: uso y
abuso de alcohol, tabaco u otras drogas ilegales, inicio de relaciones sexuales
precoces, violencia o laasociación con
grupos violentos. Todo lo anterior pone
en peligro su salud y en ocasiones su vida.La sensación de vulnerabilidad los hacen
sentirse especiales, mejores, diferentes y, a menudo, les dicen a sus padres:
“… a mí no me va a pasar nada”, sobre todo en defensa del consumo de droga.(7,8,9)
En la familia ocurren situaciones que,
dependiendo de las condiciones y posturas que encuentren los adolescentes, les
facilitará superar esta etapa y los ayudará a consolidar sus recursos y
habilidades psicosociales.
La familia tiene un papel importante en la
aparición de problemas en las distintas esferas del desarrollo del adolescente,
por lo que
se ha comprobado que el uso de drogas ilegales dependen más de la calidad de
las relaciones padre-adolescente que de otros factores.
Es importante señalar que la familia es el primer
elemento socializador que educa y forma al individuo. Su buen funcionamiento
permite que sus miembros sean personas autónomas capaces de enfrentarse e integrarse a la vida. Por el
contrario, puede convertirse en una influencia gravitante en la aparición y
mantenimiento de problemas de consumo en los
adolescentes.
El consumo de droga suele originarse en la
adolescencia y está vinculado con el experimento de nuevas conductas, la
auto-afirmación, el desarrollo de relaciones íntimas y el abandono familiar.(10)
Para el adolescente el grupo adquiere mucho
poder, lo aleja de la familia y puede aparecer en el adolescente el síntoma
droga como una solución no adaptativa del funcionamiento familiar.
Según, la OMS, a través del WHOQOL Grupo, la
calidad de vida es la percepción del individuo sobre su situación en la vida,
dentro del contexto cultural y los valores en que vive y en relación con sus
objetivos, expectativas e intereses, pero se afecta por el consumo de droga.(11)
La tendencia al incremento de ingresos de
adolescentes en nuestra clínica y el deterioro
que ocasiona el uso y abuso de sustancias tóxicas en relación con la edad de consumo, nos motivaron a
profundizar en el estudio de este grupo poblacional.
Método
Se realizó un estudio descriptivo-retrospectivo
de adolescentes y adultos jóvenes foráneos adictos que ingresaron del 2001 al
2015, en las Comunidades Terapéuticas El Cocal y El Quinqué, de Holguín, Cuba,
cuyos datos se recogieron de las historias clínicas.
Las variables fueron: edad, sexo, nivel de
escolaridad, estado civil, vínculo laboral, drogas consumidas, inicio del
consumo y factores de riesgo. Los grupos de edades quedaron distribuidos de la
siguiente forma: de 16-19 y 20-24 años.
Para la clasificación del nivel de escolaridad:
Primaria: 1ro - 6to grados, bachiller elemental: 7mo
- 9no grados y bachiller superior: 10mo - 12mo
grados.
Estado civil: soltero, casado(a) o acompañado(a),
divorciado(a) o separado(a).
Del vínculo laboral se hicieron tres grupos:
nunca tuvo vínculo laboral, perdido al enfermar y mantiene vínculo laboral.
Los factores de riesgo familiares y
personológicos se buscaron en cada paciente, mediante el análisis de la
información recogida en las historias clínicas y estudios psicológicos
individuales. En la valoración de los rasgos de personalidad se utilizaron los
criterios operacionales, según Harold I.
Kaplan y Sadock BJ.(12) En el funcionamiento familiar se
evaluaron características funcionales y disfuncionales.
Se consultó el protocolo de evaluación familiar,
que incluye: entrevista al familiar acompañante (madre, padre, hermano,
pareja), entrevista al paciente y
resultados de la dinámica familiar inicial. Con la frecuencia y los
porcentajes de cada variable se confeccionaron tablas para facilitar un mejor
análisis de los resultados.
Resultados
El 93,6% de los pacientes eran masculinos, entre
20 - 24 años, el 88,6% del total de la muestra, y el 52,9%, bachilleres
elementales (tabla I).
Tabla I. Distribución de pacientes según sexo, edad y escolaridad
Distribución |
n |
% |
|
Población |
Hombres |
573 |
93,6 |
Mujeres |
39 |
6,4 |
|
Edad (años) |
16 – 19 |
70 |
11,4 |
20 –
24 |
542 |
88,6 |
|
Estudio
terminado |
Primario |
82 |
13,4 |
Bachiller
elemental |
324 |
52,9 |
|
Bachiller
superior |
206 |
33,7 |
|
Total |
612 |
100 |
Fuente: Bases de datos e
historias clínicas.
El 66,7%
de los pacientes se encontraban solteros y el 60,5% nunca tuvo vínculo laboral (tabla II).
Tabla
II. Distribución de pacientes según estado civil y
vínculo laboral
Distribución |
n |
% |
|
Estado civil |
Soltero |
408 |
66,7 |
Divorciado o separado |
81 |
13,2 |
|
Casado o acompañado |
23 |
3,7 |
|
Vínculo laboral |
Nunca tuvo |
370 |
60,5 |
Perdido al enfermar |
179 |
29,2 |
|
Mantiene vínculo |
63 |
10,3 |
|
Total |
612 |
100 |
Fuente: Bases de datos e
historias clínicas.
Los factores de riesgos personológicos y
familiares estuvieron presente en los
pacientes atendidos (tabla III).
Tabla
III. Distribución de pacientes, según factores de
riesgos personológicos y familiares
Factores de riesgo |
|
Personológicos |
Familiares |
1.
-Dificultad en el
manejo de las emociones. 2.
-Relaciones
interpersonales inestables e intensas. 3.
-Falta de habilidades
para resolver problemas. 4.
-Baja tolerancia a las
frustraciones o limitadas estrategias defensivas. 5.
-Pobre motivación y
rendimiento escolar. 6.
-Rasgos anómalos de
personalidad. Incapacidad para mostrar relación estable con una pareja
sexual. 7.
-Baja percepción del
riesgo. 8.
-Erosión de valores. 9. -Autoestima baja. |
1.
-Monoparentales. 2.
-Relaciones familiares
conflictivas. 3.
-Roles parentales
cambiantes. 4.
-Ausencia de valores
éticos y morales. 5.
-Progenitor consumidor.
6.
-Falta de apoyo familiar y afectos 7.
-Comunicación disfuncional.
8.
-Afrontamientos
familiares. |
Fuente: Base de datos e historia
clínica.
Las sustancias que más consumían eran alcohol,
marihuana y cocaína (tabla IV).
Tabla
IV. Distribución de pacientes, según drogas
consumidas y años de consumo
Distribución |
n |
% |
|
Drogas consumidas |
Alcohol |
577 |
94,3 |
Marihuana |
521 |
85,1 |
|
Cocaína |
516 |
84,3 |
|
Otras drogas |
93 |
15,2 |
|
Inicio del consumo (años) |
-12 |
64 |
10,5 |
13-17 |
303 |
49,5 |
|
18-21 |
140 |
22,9 |
|
22-24 |
105 |
17,1 |
|
Total |
612 |
100 |
Fuente: Base de datos e historias clínicas.
Discusión
Consideramos importante centrar este trabajo en: cómo
la enfermedad adictiva perjudica la calidad de vida del adolescente y adulto
joven. El consumo generalmente se inicia en la adolescencia, con un período de
silencio personal y familiar, para que se realice la confrontación y la solicitud
de ayuda del individuo a su familia.
La población adulta se diferencia de la población
escolar en el aumento del consumo continuado de casi todas las sustancias, no
así la población más joven, en la cual aumenta el consumo esporádico. Pudiera
estar dado también, porque al inicio del consumo no se tiene conciencia de la
enfermedad; el individuo se auto-engaña y por eso no solicita atención
especializada.
En algunos países latinoamericanos no se ofrece
alternativas a niños y adolescentes para la utilización del tiempo libre y en
la mayoría de los colegios no se enfatiza sobre las actividades, en ese
período. La desocupación es un problema por la que los adolescentes
provenientes de clases medias y bajas tienen un tiempo libre prolongado, como caldo
de cultivo para la instauración del comportamiento adictivo que fortalecen la
pobreza y la ignorancia en esos grupos sociales.
En las clases media y alta la sobreprotección y
los objetivos hedónicos, favorecidos por los medios de comunicación, no
permiten la utilización apropiada del tiempo libre y por tanto se favorece el
consumo.
Esta mayor incidencia en este grupo de edad es
debido a que el adolescente atraviesa un
período crítico de cambios físicos y psicosociales, con una personalidad pobre,
sin madurez suficiente para su edad cronológica, no se encuentra preparado para
el medio social que le toca vivir, al carecer de verdaderos valores y principios,
incluso de aspiraciones elevadas; que las condicionan al riesgo de experimentar
cosas nuevas.
Esta etapa se caracteriza por rebeldía,
egocentrismo, necesidad de autonomía e inseguridad. El grupo de amigos es clave en la toma de decisiones, pero no se
tiene en cuenta el criterio de la familia. Dicha característica es propia de
estas edades y se convierten en factores de riesgo, sin un manejo y orientación
adecuados hacia los adolescentes.(1,7)
Estimamos que los resultados académicos en el
nivel medio de enseñanza escolar se corresponden con el inicio de consumo, oculto
a los familiares, pero para el paciente se efectúa con un ritmo más o menos
controlado, lo cual permite que este concluya, aunque de forma irregular, la
enseñanza media. A partir de esta etapa se intensifica el consumo, se hace
incontrolable e impide la continuación o culminación exitosa de estudios
superiores.
Es importante destacar que en los exámenes
aplicados, a pesar de su nivel escolar referido, intelectualmente su
rendimiento está por debajo de la media para esa etapa de la vida.
Sin embargo, puede influir en que, después de
esta etapa el consumo de drogas en jóvenes provoque alteraciones cerebrales en
las funciones atencionales,
memorísticas, espaciales y motoras, con dificultades en el rendimiento
escolar.(12,13,14)
Los pacientes estudiados mostraron una conducta
promiscua, basada en relaciones inestables e intensas de corta duración, junto
a la pérdida de valores.
Esos adolescentes o adultos jóvenes foráneos no
habían tenido vínculo laboral, debido a que
presentaron desorientación vocacional e insuficiente orientación en la
búsqueda de un puesto de trabajo. Cuando lo conseguían, las relaciones se
volvían conflictivas, no se adaptaban a las normas, por lo que no lograban
mantener el vínculo laboral.
El consumo de sustancias psicoactivas exacerba
rasgos anómalos de personalidad e impide el desarrollo de una conducta laboral
apropiada, por lo que se dedican fundamentalmente a actividades ilegales o
marginales para solventar el consumo, a pesar de encontrarse en la etapa más
productiva de la vida. (1,12)
Estas características facilitan comportamientos
disociales, como tráfico de drogas, robo y violencia. Coincidimos con la
bibliografía revisada donde se plantea que el adicto, antes de consumir, es una
persona con gran dificultad de relacionarse consigo mismo y con los demás. Es
caprichoso, impulsivo, difícil de entender y presenta también componentes
agresivos y autoagresivos. Estas características comienzan a ser la base de
dificultades sociales que conforman los factores de riesgos personológicos que
llevan al consumo de drogas.
Otras literaturas revisadas ven al adicto, antes
de consumir, emocionalmente empobrecido, con dificultades en sus relaciones,
mentiroso, con inestabilidad afectiva; que oscila en períodos de pasividad,
angustia y agresividad. En la personalidad se observa un abanico de estructuras
psicológicas, todas con un punto común: alteración en su formación y
estructuración.(1,13,14)
La dinámica familiar representa un elemento
básico en la estructura y maduración de la personalidad, por lo que cuando un
eslabón de dicha dinámica se afecta, se rompe el equilibrio entre sus miembros
inevitablemente.
Los factores de riesgo familiar están dados,
fundamentalmente, por trastornos en la comunicación, escasos mecanismos de
enfrentamientos a las crisis, progenitores adictos, familia monoparental, falta
de apoyo, afectos, roles parentales
cambiantes y conflictos familiares.
En estudios sobre familia y drogodependencia se
plantea que la disfunción familiar no nace con la aparición de la droga, sino
que la adicción se desarrolla en un contexto familiar con conflictos que
afectan su clima y estructura de progresiva. Aparece entonces la disfunción,
caldo de cultivo para los factores de riesgos. (8)
Sin embargo, sí creemos que la familia puede
actuar como variable protectora o favorecedora del consumo de drogas.(4)
Debemos señalar que cuando realizamos la revisión
de las historias clínicas y las entrevistas a pacientes, encontramos que, en la
mayoría de los casos, la droga con que iniciaron el consumo fue el alcohol.
Compartimos con el Dr. Ricardo González Menéndez el criterio de que el alcohol resulta
la droga portera para otras sustancias.(9)
La gran mayoría de estos adolescentes comenzaron con la combinación alcohol y
marihuana. Su consumo aumentó evolutivamente e incursionaron en otras como la
cocaína. El consumo de crack ha aumentado en los últimos años, pues es de más fácil adquisición por los sectores de
menos recursos económicos y vendido por innumerables traficantes.
Es importante señalar que estos toxicómanos
consumen varias sustancias, por lo que son polidrogodependientes. Los
reconocimientos oportunos de los factores de riesgo permiten perfeccionar las
medidas de prevención primaria y fortalecer las de prevención primordial. Este
conjunto de acciones de salud redunda en
el aumento de la calidad de vida de la población comprendida en unos de los
períodos más importantes del desarrollo humano.
Las afectaciones de la adicción a la calidad de
vida del adolescente y del adulto joven y el sufrimiento de la familia con un
miembro adicto resulta un hecho traumático, ya que los primeros llegan a
depender de la droga totalmente. (1, 8)
En estos pacientes se observa la pérdida de los
valores humanos y de la espiritualidad, daños físicos, psicológicos y
biológicos, trastornos conductuales, actos delictivos y violencia, que los
convierten en antisociales o disociales; ocasionan conflictos en las relaciones
familiares y de los amigos, su rendimiento escolar disminuye hasta abandonan el
estudio y, en ocasiones, llegan a perder la vida.
Conclusiones
La adicción prevalece en estos jóvenes del sexo
masculino policonsumidores foráneos. Los factores de riesgos desempeñaron un
papel determinante en el uso y abuso de drogas legales e ilegales, que generan
un paulatino deterioro de la calidad de vida.
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