Artículo Original
Protocolo de Bioseguridad para Centros de Aislamiento de Contactos a
COVID-19
Biosafety
Protocol for COVID-19 Contact Isolation Centers
MSc. Juan Eusebio
Betancourt Doimeadiós1*https://orcid.org/0000-0001-9374-3820
MSc. Wílmar Calzadilla
Castillo2https://orcid.org/0000-0001-7069-7227
Lic. Raúl Velázquez
Palacio1 https://orcid.org/0000-0002-3513-8902
Lic. Herneide Suárez
Góngora 1 https://orcid.org/0000-0003-2996-2496
1Filial de Ciencias
Médicas Comandante Arides Estévez Sánchez. Holguín, Cuba.
2Universidad de
Ciencias Médicas de Holguín, Cuba.
*Autor para la
correspondencia. Correo electrónico: jeusebio@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: la COVID-19 es una enfermedad
infecciosa emergente con alta transmisibilidad, morbilidad y mortalidad. Para
prevenir la transmisión es necesario establecer medidas de Seguridad Biológica,
como el aislamiento de pacientes confirmados, sospechosos y contactos. En los
Centros de Aislamiento de Contactos, para minimizar el riesgo de contagio, se
deben implementar protocolos de Bioseguridad basados en el principio de la
contención biológica. Objetivo: diseñar un protocolo de Bioseguridad
para centros de aislamiento para la bioprotección de
los trabajadores, los pacientes y el medio ambiente. Material y Método: se realizó un estudio pre-experimental en el
período de abril a mayo de 2020. Se emplearon métodos teóricos, como el
dialéctico-materialista, sistémico-estructural e histórico-lógico y los métodos
empíricos: observación epidemiológica y revisión documental de estudios sobre
el trabajo con agentes biológicos, incluidos los relacionados con la COVID-19, que permitieron establecer las regularidades y contradicciones entre
el objeto de estudio y el problema de investigación.
Se utilizó la
estadística descriptiva como método matemático, lo cual facilitó el análisis,
procesamiento y presentación de las variables seleccionadas a través de tablas
de frecuencia simple. Se hizo evaluación de riesgo mediante el uso del método
de William Fine, adaptado al contexto de la institución, antes de la
implementación del protocolo y después.
Resultados: se demostró la ausencia de protocolos
específicos de Bioseguridad para centros de aislamiento de contactos de la COVID-19. Se diseñó un protocolo de bioseguridad y se aplicó en el Centro de
Aislamiento de la Filial de Ciencias Médicas Comandantre
Aridez Estévez Sánchez, de Holguín. Se realizó Evaluación de Riesgo Biológico
para verificar su efectividad.
Conclusiones: La aplicación del
protocolo permitió que los trabajadores se desempeñaran en condiciones de
bioseguridad con mínimo riesgo de contagio.
Palabras
clave: bioseguridad, protocolo, COVID-19, centro de
aislamiento.
ABSTRACT
Introduction: COVID-19
is an emergent infectious disease with high transmissibility, morbidity and
mortality. To prevent transmission, it is necessary to establish Biological
Safety measures such as isolation of confirmed patients, suspects and contacts.
In Contact Isolation Centers, to minimize the risk of contagion, biosafety
protocols based on the principle of biological containment should be
implemented.
Objective: To design a biosafety protocol for isolation
centers for the bioprotection of workers, patients
and the environment.
Method: A
pre-experimental study was carried out in the period from April to May, 2020,
with the use of theoretical methods like dialectical-materialistic,
systemic-structural and historical-logical, as well as empirical methods such
as epidemiological observation and documentary review of studies on working
with biological agents, including those related to Covid-19, which allowed to
establish the regularities and contradictions between the object of study and the
research problem. Descriptive statistics were used as a mathematical method,
which facilitated the analysis, processing and presentation of the selected
variables through simple frequency tables. Risk assessment was done using
William Fine's method, adapted to the context of the institution, before and
after the implementation of the protocol.
Results: It was proven that there is an absence of
specific biosafety protocols for Covid-19 contact isolation centers. A
biosafety protocol was designed and applied in the Isolation Center at Filial
de Ciencias Médicas
Comandante Arides Estévez
Sánchez in Holguín. Biological Risk Assessment was carried out to verify the
effectiveness of the protocol. Conclusions:
the application of the protocol allowed workers to perform under biosafety
conditions with minimum risk of contagion.
Keywords: biosafety, protocol, Covid-19, isolation
center.
Recibido: 11/05/2020.
Aprobado: 08/06/2020.
Introducción
En los últimos años
ha ocurrido en el mundo la emergencia y reemergencia de muchos eventos
epidemiológicos, con el descubrimiento de nuevas enfermedades infeccionas, así
como otras enfermedades que tuvieron determinados niveles de control, pero
ahora se muestran con incidencias cada vez más altas.(1)
Las infecciones
respiratorias se pueden transmitir a través de núcleos goticulares,
cuyo diámetro es inferior a 5 µm.2 De acuerdo con los datos
disponibles, el virus de la COVID-19 se transmite principalmente entre personas
a través del contacto y de gotículas respiratorias.(2,3,4)
En diciembre de
2019 fue reportado en la ciudad china de Wuhan un nuevo coronavirus, el SARS
CoV-2, que ha provocado que la OMS decrete la primera pandemia desde principios
del siglo XX, cuando se desarrolló la llamada Gripe Española.(5)
Las consecuencias
de la pandemia dependen de las características del SARS-CoV-2, incluyendo la
magnitud y eficacia de su propagación entre las personas, las formas clínicas
de presentación de los casos y las medidas médicas, epidemiológicas, sociales,
políticas, económicas, entre otras, que estén disponibles para controlar el
impacto del virus. El SARS-CoV-2 representa una seria amenaza, no solo para la
salud individual, sino en especial para la salud pública.(6)
La COVID-19 ha
generado un impacto por su propagación,
pues 185 países la han reportado. Según datos del Ministerio de Salud
Pública de Cuba, hasta el 1 de junio, a nivel global, se habían confirmado 6
136 085 casos y de estos 371 857 fallecieron, para una letalidad de 6.06%. En
igual período, la región de las Américas reporta 2 904 566 casos y 163 281
fallecidos, para una letalidad de 5,62%. El 11 de marzo de 2020, la
Organización Mundial de la Salud declara la situación sanitaria como una
pandemia, cuando Cuba registra los primeros casos positivos a la COVID-19.
Hasta el 1 de junio Cuba acumulaba 2092 casos confirmados y 83 fallecidos, para
una letalidad de 3.96.
A punto de partida
de la aparición y rápida propagación de la enfermedad, las autoridades
sanitarias de la Organización Mundial de la Salud y las naciones afectadas
debieron comenzar a tomar medidas para evitar el contagio. Así, la Bioseguridad
ha desempeñado un papel esencial en la gestión de la prevención.
La Bioseguridad es
el conjunto de medidas científicoorganizativas y técnico-ingenieras,
destinadas a proteger al trabajador de la instalación, a la comunidad y al
medio ambiente de los riesgos que entraña el trabajo con agentes biológicos. Se
basa en principios, como la contención, las prácticas y procedimientos
adecuados, equipos de seguridad y diseño de las instalaciones
.(1, 7, 8)
Se considera que la
Universalidad es otro de los principios básicos de bioseguridad, que indica que
todo paciente y sus fluidos corporales, independientemente del diagnóstico o
motivo por el cual haya acudido al servicio de salud, deberá ser considerado
potencialmente infectante y se deberán tomar las precauciones necesarias para
prevenir que ocurra la transmisión de enfermedades.(8,9)
Garantizar la
bioseguridad en un centro hospitalario no puede ser una labor individual,
espontánea o anárquica; es preciso que exista una organización de seguridad que
evalúe los riesgos y, junto con las recomendaciones del comité, controle y
garantice el cumplimiento de las medidas.(
10)
La Evaluación y
Gestión de riesgos, pilar de la bioseguridad, conforman el análisis
multidisciplinario sobre bases científicas, para caracterizar e identificar la
naturaleza y magnitud de las situaciones hipotéticas de peligro y la
probabilidad de ocurrencia de daños. Esta actividad tiene tres etapas:
Identificación de peligros y riesgos, Evaluación de riesgos y Gestión de riesgos.(1)
Los centros de
aislamiento tienen la función de segregar a personas que han estado en contacto
directo o indirecto con personas enfermas o sospechosas de padecer la COVID-19,
con la finalidad de prevenir el contagio del resto de la población. Es evidente
que estos centros constituyen lugares de riesgo para las propias personas
aisladas, los trabajadores, el medio ambiente y la comunidad.
Es oportuno crear
un documento estándar que facilite la organización y puesta en marcha de los
centros de aislamiento, sobre la base del cumplimiento de los principios
básicos de la bioseguridad. Para ello se propone el presente Protocolo de
Bioseguridad para Centros de Aislamiento de Contactos a COVID-19.
OBJETIVO: diseñar
un protocolo de Bioseguridad para centros de aislamiento de contactos con
pacientes confirmados a la COVID-19 que garantice la bioprotección
de los trabajadores, los pacientes y el medio ambiente.
Método
Se realizó un
estudio pre-experimental con el objetivo de diseñar un protocolo de
Bioseguridad para el centro de aislamiento de contactos con pacientes
sospechosos o confirmados a la COVID-19, ubicado en la Filial de Ciencias
Médicas Comandante Arides Estévez Sánchez,
del municipio de
Holguín. El universo estuvo constituido por la totalidad de trabajadores
sanitarios y no sanitarios que prestaron su colaboración en dicho centro,
durante los meses abril-mayo de 2020. Se realizó un muestreo no probabilístico
para una muestra de 94 trabajadores que, bajo el consentimiento informado,
desearon participar en la investigación.
Dentro del método
teórico, se utilizó el dialéctico-materialista, rector de la investigación; la
modelación, a partir de protocolos ya establecidos, el análisis y la síntesis,
así como el método histórico-lógico. Dentro de los métodos empíricos, se
realizó un análisis de los documentos relacionados con la evaluación de riesgos,
artículos científicos, normas y procedimientos de bioseguridad ajustados a la
COVID-19, así como la observación epidemiológica.
Las áreas se
clasificaron en dos zonas de riesgo, de acuerdo con las probabilidades de
contacto y la proximidad con el paciente o materiales contaminados: Zona Azul
(riesgo medio) y Zona Roja (riesgo alto), toda vez que fue adaptado y ajustado
al contexto para este tipo de centro.
Se elaboró y aplicó
una guía de observación en forma de preguntas para identificar los peligros presentes
en el desarrollo de las actividades, tanto en la zona azul como la roja. Esta
guía contempla aspectos objetivos y subjetivos relacionados con el principio de
la contención y los principios rectores de la Bioseguridad.
Después de
identificados los peligros, se asignaron los riesgos asociados con cada uno y
se calculó el grado de peligrosidad. Para ello se aplicó el método de William
T. Fine, que describe la siguiente ecuación: GP= PxExC,
donde GP es el Grado de Peligrosidad, P
es la probabilidad de ocurrencia de un evento, E es la exposición como factor
temporal que aumenta o disminuye la magnitud del riesgo y C representa las
consecuencias como valoración de daños posibles de un accidente. De acuerdo con
el grado de peligrosidad se hizo la clasificación del riesgo.(11)
Se valoró el número
de medidas adoptadas por zonas de riesgo en la fase inicial de diseño del
protocolo y la inclusión de otras necesarias en la fase media y final de su
elaboración. La inobservancia del cumplimiento de las medidas de bioseguridad
se plasmó en el registro diario de incidencias; se calculó de forma porcentual
el cumplimiento de las medidas correctivas para minimizar el riesgo durante el
desempeño.
Se empleó como
método la lluvia de ideas por los expertos en Higiene, Epidemiología y
Bioseguridad para la validación teórica del protocolo. Se cumplieron principios
éticos y se utilizaron procedimientos relacionados con la estadística
descriptiva, utilizando números absolutos y análisis porcentual, para resumir,
presentar y expresar los resultados en tablas.
Se diseñó el
protocolo sobre la base de las variables estudiadas, la evaluación del riesgo,
el principio de la contención biológica, la universalidad, el uso de barreras,
eliminación del material contaminado, diseño de la instalación, prácticas y
procedimientos, así como los factores de riesgo de trasmisión de la enfermedad.
Se tomó como referencia lo planteado por la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) en su esquema conceptual de áreas por zonas en un Sitio Alternativo de
Atención Médica (SAAM).
Resultados
Tabla I.
Identificación de peligros según áreas de riesgo antes y después del protocolo.
Áreas
de riesgo |
Peligros identificados en cada área de
riesgo |
|||
Antes
de aplicar el protocolo |
Después
de aplicado el protocolo |
|||
No. |
% |
No. |
% |
|
ZONA AZUL |
|
|
|
|
Punto de control de acceso |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Puesto de Dirección |
2 |
9,5 |
0 |
0 |
Oficinas para personal médico y paramédico |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Almacenamiento de insumos médicos y no
médicos. |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Almacenamiento y elaboración de alimentos |
2 |
9,5 |
0 |
0 |
Área de descanso |
0 |
0 |
0 |
0 |
Área perimetral |
0 |
0 |
0 |
0 |
Sub-Total |
7 |
33,3 |
0 |
0 |
ZONA ROJA |
|
|||
Recepción, clasificación y admisión de
pacientes |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Ruta de traslado hacia las salas de
aislamiento |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Salas de aislamiento |
5 |
23,8 |
2 |
100 |
Área del personal médico y paramédico en
servicio |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Recepción y distribución de alimentos
elaborados |
0 |
0 |
0 |
0 |
Manejo de desechos, cubertería, lencería,
vestuario y otros medios contaminados |
5 |
23,8 |
0 |
0 |
Destino final de desechos sólidos |
1 |
4,7 |
0 |
0 |
Sub-Total |
14 |
66,7 |
2 |
100 |
TOTAL |
21 |
100 |
2 |
100 |
Fuente: Guía de observación.
La (tabla I)
muestra el número de peligros que se identificaron en la Zona Roja y Zona Azul.
Antes de la aplicación del protocolo, se detectaron 21 peligros biológicos, de
los cuales el 66,7% correspondió a la Zona Roja, la que clasificó como la zona
de mayor riesgo.
Luego de la
implementación del protocolo, se logró reducir el 90,47% de los peligros, pues
solo se observaron dos de ellos, lo que se traduce como minimización de los
riesgos. Dentro de la Zona Roja, las áreas que tributaron el mayor número de
peligros fueron: las salas de aislamiento y los sitios de manejo de desechos,
cubertería, lencería, vestuario y otros medios contaminados, con cinco percápita, lo que representó el 47,6 % del total de
peligros para esta zona, que requirió una mayor vigilancia epidemiológica.
Tabla II. Número de
medidas correctivas dictadas y cumplidas antes y después del protocolo.
Zonas
de riesgo |
Antes
del protocolo |
Después
del protocolo |
||||||
Dictadas |
Cumplidas |
Dictadas |
Cumplidas |
|||||
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
No. |
% |
|
Zona azul |
6 |
35,2 |
6 |
100 |
0 |
0 |
0 |
0 |
Zona roja |
11 |
64,8 |
10 |
90,9 |
2 |
100 |
0 |
0 |
Total |
17 |
100 |
16 |
94,1 |
2 |
100 |
0 |
0 |
Fuente: Registro diario de incidencias.
La (tabla II),
indica el número de medidas correctivas dictadas y cumplidas antes del
protocolo y después, a partir de la identificación de los peligros. Antes de la
adopción del protocolo, fueron establecidas 17 medidas, de la cuales 16 fueron
cumplidas, lo que representa el 94,1% del total. En la Zona Roja, se señaló el
mayor número de deficiencias, con 11. Después de la aplicación del protocolo,
en esta misma zona quedaron dos medidas pendientes, debido al incumplimiento de
normas de bioseguridad por parte de los pacientes y la inobservancia de las
acciones educativas de prevención por el personal sanitario.
Tabla III. Riesgos
asociados a los peligros, según su escala de clasificación para cada zona
Zonas de riesgo |
Riesgos |
Antes de aplicar protocolo |
Después de aplicar protocolo |
||||||||
Muy alto |
Alto |
Importante |
Grave |
Aceptable |
Muy alto |
Alto |
Impor tante |
Grave |
Acep table |
||
Zona Azul |
Probabilidad de contaminación ambiental |
0 |
0 |
2 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
Probabilidad de contaminación de alimentos y
utensilios |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Probabilidad de contagio |
0 |
1 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Sub-total |
0 |
1 |
3 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Zona Roja |
Probabilidad de contaminación ambiental |
0 |
0 |
3 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
Probabilidad de contaminación de alimentos y
utensilios |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
0 |
|
Probabilidad de contagio |
0 |
1 |
2 |
0 |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
|
Sub-total |
0 |
1 |
5 |
0 |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
|
TOTAL |
0 |
2 |
8 |
0 |
0 |
0 |
0 |
1 |
0 |
0 |
Fuente: Guía de observación.
En la (tabla III)
se reflejan los riesgos identificados en el centro antes de implementar el
protocolo y después. Estos fueron clasificados de acuerdo con el grado de
peligrosidad, calculado sobre la base de la probabilidad de ocurrencia del
daño, la exposición y sus consecuencias. Antes de adoptar el protocolo, dos
clasificaron como de alto riesgo y ocho como importantes. En ambas etapas, la
Zona Roja aportó el mayor número de riesgos, de un total de siete; antes de la
adopción del protocolo, cinco fueron considerados importantes por la
probabilidad de contaminación ambiental y de contagio; sin embargo, a
posteriori solo uno fue catalogado como importante dentro de la evaluación del
riesgo.
Tabla IV. Peligros
y riesgos asociados, según zonas antes del protocolo y después
Zonas de riesgo |
Antes de aplicar
protocolo |
Después de
aplicar protocolo |
||
No. Peligros |
No. Riesgos |
No. Peligros |
No. Riesgos |
|
Zona Azul |
7 |
4 |
0 |
0 |
Zona Roja |
14 |
6 |
2 |
1 |
Total |
21 |
10 |
2 |
1 |
Fuente:
Guía de observación.
En la (tabla IV) se
refleja el número de peligros y riesgos asociados. Se observa que el número de
riesgos es menor que el número de peligros, ello se explica porque algunos
riesgos fueron relacionados con más de un peligro. Antes de aplicar el
protocolo, el número de peligros y de riesgos asociados a estos fue mayor que
los identificados luego de su puesta en práctica, de ahí la efectividad de la
implementación del mismo.
Tabla V.
Cumplimiento de las medidas de bioseguridad por los trabajadores antes y
después del protocolo.
Zonas de riesgo |
No. trabajadores |
Antes del
protocolo |
Después del
protocolo |
||
No. |
% |
No. |
% |
||
Zona azul |
44 |
24 |
54,5 |
42 |
95,4 |
Zona roja |
50 |
41 |
82,0 |
48 |
96,0 |
Total |
94 |
65 |
69,1 |
90 |
95,7 |
Fuente:
guía de observación.
La (tabla V) indica
que antes de la adopción del protocolo, el 69,1% del total de trabajadores
cumplían periódicamente las medidas de bioseguridad. El 54,5% en la Zona Azul y
el 82% en la Zona Roja. Esto justifica la efectividad del proceso de
capacitación desarrollado durante la primera etapa del Plan de Enfrentamiento a
la COVID-19. Después de la implementación del protocolo, se observó que el
95,7% del total de trabajadores mantuvo un comportamiento responsable. En ambas
etapas, en la Zona Roja se observó mayor cumplimiento de las normas de
seguridad biológica.
Esto se relacionó
con el nivel de percepción de riesgo alcanzado por los profesionales de la
salud y otros trabajadores, ante la necesidad sentida de protegerse frente al
cercano riesgo de contagio.
Discusión
Ante la necesidad
de establecer el aislamiento como medida de contención, se crearon los Centros de Aislamiento para
contactos en locales con diseños que originalmente no se ajustan a tales fines,
gran reto para las autoridades sanitarias, si se considera que el diseño es un
principio básico de la seguridad biológica, importante para evitar el contagio.
La base de la práctica de la bioseguridad es la evaluación del riesgo
que implica llevar a cabo un procedimiento o un experimento. A pesar de contar
con otras herramientas para el mismo fin, lo más importante sigue siendo el
juicio profesional.(12)
Un peligro es un factor de exposición que puede afectar adversamente
la salud. Es básicamente una fuente de daño. Es un término cualitativo que
expresa el potencial de un agente ambiental para dañar la salud de ciertos
individuos, si el nivel de exposición es lo suficientemente alto y/o si otras
condiciones se aplican.(13)
La identificación adecuada del peligro constituye el punto de partida
para cualquier evaluación de riesgo. Esto fue un elemento básico para este
estudio, en el que se determinó que el mayor número de peligros procedían de la
Zona Roja, específicamente de las salas de aislamiento, en prácticas de manejo
de desechos, la cubertería, lencería, vestuario y otros medios contaminados.
Los autores coinciden con lo señalado por (Yang Liu, 2020), en un
estudio hecho en hospitales de Wuhan, en zonas de cambio de ropa o baños de
pacientes, donde realmente se determinó que hay una carga viral importante, es
decir, que la suspensión de aerosoles depositados en superficies (suelos, ropa
protectora, sabanas) son una vía potencial de transmisión. Esto puede suceder,
por ejemplo, a la hora de la limpieza o de retirar posible material infectado.(14,15)
Por otra parte, el establecimiento y cumplimiento de las medidas de
bioseguridad constituyen necesidad básica para reducir el peligro. La
inobservancia de las ordenanzas sanitarias relativas a la seguridad biológica
implica desviaciones conductuales y elevado riesgo de contagio. En este
estudio, a pesar de la implementación del protocolo, no todas las medidas
dictadas fueron cumplidas por los pacientes.
Lo anteriormente planteado, coincide con Vasconez Z, pues indican en su
estudio que el nivel de práctica de medidas de bioseguridad es adecuado, pero
es necesario disminuir la incidencia de malos procedimientos. Por este motivo,
es importante la difusión, entre el personal sanitario de medidas de
bioseguridad y normas de comportamiento y de manejo preventivo de
microorganismos potencialmente patógenos, con el propósito de disminuir la
probabilidad de adquirir infecciones en el medio laboral.(16)
El riesgo es definido como la probabilidad de que un evento ocurrirá.
Es la probabilidad cuantitativa de que un efecto a la salud ocurrirá, después
que un individuo ha sido expuesto a una cantidad específica de un peligro.
En la evaluación
del riesgo realizada en este estudio, mediante el cálculo de GP= PxExC, no se estableció un nivel mínimo ni máximo para el valor
del riesgo, sino que el resultado demostró que, a mayor valor de Grado de
Peligrosidad (GP), fueron mayores la magnitud del riesgo y las consecuencias,
por lo que cobra importancia significativa el aseguramiento y cumplimiento de
las medidas de bioseguridad.
Así quedó
demostrado por Solans Lampurlanés,
que señala que la evaluación de riesgos puede presentar diferencias muy
importantes, atendiendo al tipo de exposición. Cuando la manipulación es
deliberada, la evaluación de riesgos será relativamente simple, al conocerse
las características de los microorganismos empleados y los procedimientos de
utilización, así como los riesgos de exposición. Sin embargo, cuando la
actividad no implica la manipulación deliberada de estos microorganismos o el
emplearlos en el trabajo, la evaluación de los riesgos será más compleja y difícil.(17)
Este estudio aportó
como elemento significativo que el número de riesgos fue menor al número de
peligros, lo cual se debe a que algunos riesgos se relacionaron con más de un
peligro. Antes de aplicar el protocolo, el número de peligros y riesgos
asociados a estos fue mayor que los identificados luego de su puesta en
práctica, de ahí la efectividad demostrada en su implementación.
En el presente
estudio resultó significativa la valoración sobre el cumplimiento de las
medidas de bioseguridad por zonas de riesgo. Se corroboró que a pesar de que
los trabajadores tenían una preparación previa en materia de seguridad
biológica y bioprotección, en ocasiones se constató
la inobservancia de algunas de estas medidas en la primera etapa, aspecto
modificado favorablemente luego de la puesta en práctica del protocolo.
Por consiguiente,
este conjunto de medidas debe aplicarse sistemáticamente a todos los pacientes,
al considerar que toda persona puede ser de alto riesgo; asimismo, identificar
todo fluido corporal como potencialmente contaminante.(18)
Los resultados de esta investigación son similares a los de Huamán D,en la investigación ya mencionada y quien encuentra una
relación entre los que tienen un conocimiento alto (44%) en bioseguridad y
realizan buenas prácticas, los que tienen un conocimiento medio (56%),
efectuaron buenas prácticas el 28% y malas prácticas igualmente el 28%.(19,20)
Se considera que la
administración del servicio tiene gran responsabilidad en mantener un ambiente
laboral que contribuya para elevar la percepción individual y colectiva de los
riesgos. Ese apoyo administrativo, además de dar respaldo moral y legal,
incentivará al profesional en dirección a una toma de decisiones para la protección.(21)
Los autores coincidieron con Papone y
Tamariz, en que a mayor nivel de conocimiento por parte del personal de salud,
mejor será la práctica de medidas de bioseguridad durante los procedimientos
hospitalarios. Además, es preciso tomar acciones como la capacitación constante
y monitoreo de actividades, el empleo de manuales y protocolos de
procedimientos, el uso de equipos de protección y mejoramiento de las
estrategias sanitarias institucionales. (19,20)
Conclusiones
Con la evaluación de riesgos fueron identificados los peligros y
riesgos presentes durante la atención a los contactos de COVID-19 y la
aplicación del protocolo permitió que los trabajadores se desempeñaran en
condiciones de bioseguridad con mínimo riesgo de contagio.
Referencias Bibliográficas
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