Artículo
Original
Tomografía axial computarizada en
los traumatismos craneoencefálicos. Hospital Lenin: junio 2015 - junio 2016,
Holguín, Cuba
Computerized axial tomography in traumatic brain injuries. Hospital
Lenin: June 2015- June 2016, Holguín, Cuba
Esp. Yamily Cruz Pino1
https://orcid.org/0000-0002-5867-8530
Esp. Nancy Camejo González1 https://orcid.org/0000-0003-1217-5142
MSc. Yamila Cruz Cruz2 https://orcid.org/0000-0003-0357-2189
Esp. Elsaibett Zúñiga Torres 1 https://orcid.org/0000-0002-3131-3793
Esp. Armando Díaz Pérez1 https://orcid.org/0000-0002-7520-4855
Esp. Yudelkis Cutié Anido3 https://orcid.org/0000-0002-6667-2956
1Hospital General Universitario
Vladimir Ilich Lenin. Holguín, Cuba.
2Hospital Clínico-Quirúrgico Lucía
Íñiguez Landín. Holguín, Cuba.
3Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, Cuba.
*Autor para
la correspondencia. Correo electrónico: yamilycp@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: elevado índice de mortalidad, prolongadas hospitalizaciones, secuelas
y daños económicos y sociales provocan que los traumatismos craneoencefálicos
constituyan uno de los problemas socioeconómicos más importantes en la
actualidad. La tomografía axial computarizada se considera la técnica de
referencia para su detección.
Objetivo: identificar el valor de la tomografía axial computarizada de urgencia
en el trauma craneoencefálico.
Método: se realizó un estudio descriptivo retrospectivo de 917 pacientes, a
los cuales se les realizó tomografía computarizada de cráneo en el momento del
ingreso o en las primeras 24 horas después del trauma craneoencefálico, en el
Hospital Vladimir Ilich Lenin, Holguín, Cuba, en el período comprendido entre junio
de 2015 y junio de 2016, en busca de lesiones intra y extracraneales
consecuencias del trauma.
Resultados: los traumatismos craneoencefálicos predominaron en edades entre 31 y
50 años (30,1%), el sexo más afectado fue el masculino (75,3%), predominaron las lesiones leves: contusiones
(16,3%) y fracturas lineales (10,9%). Los accidentes de tráfico (48,3%)
constituyeron su principal causa.
Conclusiones: la tomografía axial computarizada permitió el diagnóstico de lesiones
en más de la mitad de los pacientes con trauma craneoencefálico, en los que
predominaron las lesiones leves, según la clasificación de Glasgow. Posibilitó
la descripción de signos precoces de hipertensión intracraneal con la
aplicación de los criterios de Marshall.
Palabras clave: traumatismos craneoencefálicos, tomografía axial computarizada,
paciente.
ABSTRACT
Introduction: high mortality rate, prolonged hospitalizations, after-effects, economic
and social damages make traumatic brain injuries one of the most important
socio-economic problems today. Computerized axial tomography is considered the
reference technique for detection.
Objective: to identify the importance of emergency computerized axial tomography
in traumatic brain injuries.
Method: a descriptive, retrospective study performed to 917 patients who
underwent skull computerized tomography at the time of admission, or within the
first 24 hours after the head trauma, at Hospital Vladimir Ilich Lenin, Holguín,
Cuba, during the period between June 2015 and June 2016, in search of intra and
extracranial injuries resulting from trauma.
Results: traumatic brain injuries predominated at ages 31-50 (30.1%), the most
affected sex was male (75.3%), mild lesions predominated: contusions (16.3%)
and linear fractures (10.9%). Traffic accidents (48.3%) were the main cause.
Conclusions: Computerized axial tomography allowed diagnosis of injuries in more
than half of the patients with head trauma in which, according
to Glasgow classification, mild lesions predominated. It was possible to describe
early signs of intracranial hypertension with the application of Marshall
criteria.
Keywords: traumatic brain injuries, computerized axial tomography, patient
Recibido: 26/11/2019.
Aprobado: 31/01/2020.
Introducción
El traumatismo craneoencefálico
(TCE) es la agresión mecánica con evidencia o sospecha de daño craneal y/o
encefálico. Constituye en la actualidad un
problema de salud pública en el orbe. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
estima que para el 2020 será la tercera causa de morbimortalidad en el planeta.
(1)
En aproximadamente el 70% de los pacientes con traumatismo el TCE es
causa de muerte. Aunque la incidencia varía con las diferentes áreas
geográficas, alrededor de 200 personas sufren TCE por cada 100 000 habitantes.
En Estados Unidos se estima que ocurren 10 millones de casos, de los que el 20%
llevan asociados lesiones cerebrales, con 50 000 muertes anuales. La mortalidad se sitúa en torno al
20 30 %. En Colombia, del 49 al 70 % de los fallecimientos corresponden al
TCE. (2)
Cuba no es la excepción, pues los traumatismos representan la quinta
causa de muerte; en nuestra provincia se calcula un potencial de 5,8 años de
vida potencial perdidos por esta causa y representa la primera causa de muerte
e incapacidad en la población por debajo de los 40 años de edad. (3) La causa más frecuente en los países
industrializados continúa siendo el accidente de tráfico, condicionado por el
incremento del número de automóviles.
Los TCE constituyen uno de los problemas socioeconómicos más
importantes actualmente, por su elevado índice de mortalidad, las prolongadas
hospitalizaciones, las secuelas resultantes, el alto costo social por concepto
de hospitalización, tratamientos e investigaciones, así como por compensaciones
y períodos de reposo laboral relacionados con el síndrome postcontusión. (4)
El número de pacientes que ingresan en la sala de urgencias por sufrir
TCE cada vez es mayor y resulta la
primera causa de ingreso en los servicios de neurocirugía en cualquier parte del
mundo. (2,4) En Cuba, los
ingresos anuales se comportan de manera similar al resto del mundo y en nuestra
provincia ingresan anualmente aproximadamente 172 paciente por esta causa. (3)
El advenimiento de las técnicas neuroimaginológicas de avanzada ha dado
un giro al proceso de atención de los pacientes con TCE. La introducción y el
desarrollo de la TAC han sido el avance más importante para la atención del
politraumatizado en los últimos 30 años.
Es un método imagenológico con muy alta sensibilidad y especificidad
para la detección de lesiones traumáticas, estudio ideal para diagnosticarlas
en forma rápida y certera; en nuestro medio constituye un método con una
importancia insuperable que no ha podido ser sustituido por otro, incluyendo la
resonancia magnética nuclear (IRM) en procesos como hemorragias, trastornos
óseos y calcificaciones. Permite la confirmación de un diagnóstico clínico
presuntivo, que facilita el diagnóstico precoz del daño cerebral producido por
el TCE, así como de las consecuencias del desarrollo de complicaciones
secundarias.
Es rápida, con un buen rendimiento desde el punto de vista
coste-efectividad. Su finalidad es detectar las lesiones tributarias de
tratamiento, controlar la respuesta a este y aportar una valoración del pronóstico
del paciente, el cual es examinado sin riesgo y sin dolor. La calidad de la
información que se obtiene es excelente. (5)
Debido al carácter dinámico de la lesión traumática del encéfalo, la
realización de TAC de cráneo secuenciales ha mostrado utilidad en un grupo de
estos traumatizados, en aras de llevar a cabo intervenciones terapéuticas oportunas.
Por la importancia del tema, la Sociedad Cubana de Neurología y
Neurocirugía creó la sección de trauma craneoencefálico y organiza con carácter
bianual un evento para favorecer el intercambio entre neurocirujanos y
especialistas afines a este tema y así
mejorar la calidad de la atención con la proposición de protocolos de
actuación. (1)
Como la lesión mecánica primaria que ocurre en el momento del impacto
no puede ser evitada por ninguna terapéutica actual, el objetivo fundamental
del manejo de los TCE es prevenir los insultos secundarios al cerebro ya
lesionado e identificar anomalías intracraneales. De esta forma la reducción de
la mortalidad y de las secuelas constatada en los últimos años obedece al mejor
control y prevención de la lesión secundaria. Según ello, se hace evidente que
un diagnóstico y manejo precoz del TCE llevaría a un descenso de la mortalidad
y de las secuelas que generarían costos sociales y económicos enormes.
Teniendo en cuenta los postulados introductorios, basados en la
necesidad de un diagnóstico precoz y certero del neurotrauma, fundamentalmente
del grave, su repercusión sobre el ser humano y la sociedad añade a esta condición
que en los pacientes que sufren traumatismo severo las posibilidades de
investigación neurológicas al examen físico están muy limitadas, pero por la
existencia de un equipo de alta tecnología de gran fiabilidad y de elección en
estos pacientes, el valor del diagnóstico por imágenes, así como la
complejidad del tema y su necesidad de
estudio, los autores consideraron de interés realizar la presente investigación,
con el objetivo de identificar el valor de la tomografía axial computarizada de
urgencia en el trauma craneoencefálico, en el Hospital General Universitario
Vladimir Ilich Lenin, Holguín, Cuba, en el período de junio de 2015 a junio de 2016.
Método
A - Características generales de la investigación
Tipo de investigación: Descriptiva y Retrospectiva de Serie de Casos.
Diseño: Cuantitativo y Cualitativo.
Modelo de investigación: De Campo y
Bibliográfica.
El estudio se realizó bajo el diseño de una investigación de tipo
descriptiva retrospectiva. El universo estuvo constituido por todos los
pacientes que llegaron al cuerpo de guardia con TCE y criterio de indicación de
tomografía axial computarizada de urgencia, en el momento del ingreso o en las
primeras 24 horas después, en el Hospital General Universitario Vladimir Ilich
Lenin,
en el período comprendido entre junio de 2015 y junio de 2016, con el
objetivo de identificar el valor de la TAC de urgencia en el trauma craneoencefálico.
B - Metódica: La investigación se realizó en dos etapas:
1.- Diagnóstica.
2.- Análisis de los resultados.
Diagnóstica: En esta etapa se
aplicó un instrumento tipo formulario, previamente diseñado por los autores, que permitió caracterizar a la muestra
objeto de estudio (Anexo 1), la cual recoge el comportamiento de los
traumatismos craneoencefálicos en nuestro centro. Su aplicación se realizó por
los autores con todos los aspectos requeridos. En ningún estudio se administró
contraste.
Se tuvieron en cuenta las
siguientes variables que permitieron dar
cumplimiento a los objetivos planteados:
Criterios de inclusión: Pacientes con antecedentes de TCE en el momento
del ingreso o en las primeras 24 horas después de ocurrida la hospitalización y
que cumplieran con las puntuaciones de la escala de coma de Glasgow. (6)
Esta escala tiene la característica de ser simple, objetiva y fácilmente
reductible. Valora tres parámetros independientes: la respuesta verbal, la
respuesta motora y la apertura ocular. Ofrece una valoración cuantitativa del
nivel de conciencia, que se obtiene sumando la mejor puntuación en cada uno de
los tres apartados. El valor mínimo posible son 3 puntos y el valor máximo 15.
(Anexo 2)
a) Puntuación en la escala de Glasgow de 15 puntos, pero con período de
inconsciencia inicial; signos neurológicos focales; cefalea persistente, mareos
u otra sintomatología postraumática persistente o que concomiten alteraciones
de la coagulación, sospecha de intoxicación etílica, abuso de drogas,
alcoholismo crónico, edad avanzada, demencia,
epilepsia, patología neurológica previa, amnesia postraumática, náuseas y
vómitos, síndrome vestibular.
b) Escala de coma de Glasgow (ECG) menor o igual a 14 puntos con signos
neurológicos focales o sin estos.
Análisis de datos: Basado en planillas de recolección de datos
primarios se creó una base de datos utilizando el programa Microsoft Office
Access, versión 2007. El estudio descriptivo de la información fue resumido en
cuadros con las variables en estudio y los resultados expresados mediante medidas
de frecuencias absolutas y relativas (porcentajes).
La asociación entre variables se determinó con el Χ2 en EPIDAT 3,0
(Junta de Galicia, OPS, 2006). El nivel de significación escogido fue del 5%.
Variables de estudio
Sexo: masculino y femenino.
Edad: se expresó en años cumplidos y se tomaron como grupos etáreos
según edad biológica. Se estableció la escala siguiente: de 18 a 30 años, de 31
a 50 años, de 51 a 70 años, de71 a 90 años y más de 90 años.
Nivel de conciencia: obtenida de la historia clínica individual, la
cual se evaluó a partir de la escala de Glasgow (6), que permitió la
clasificación del TCE en: leve: Glasgow de 13 a 15 puntos; moderado: Glasgow de
9 a 12 puntos y grave: Glasgow menor de 8 puntos.
Causas de los traumatismos: se tomó de la revisión de la historia
clínica individual, distribuida en cuatros grupos, según causas más frecuentes:
Accidentes de tránsito: Se consideró este cuando la causa fue un accidente
automovilístico. Caídas fortuitas: Se supuso esta cuando la causa fue la caída
del paciente sin otra razón aparente. Agresiones: se consideró esta cuando
existió una agresión física que provocó el trauma.
Otras causas: Se supuso esta cuando no eran ninguna de las causas
anteriores. Hallazgos tomográficos: (7) referida al diagnóstico
imagenológico realizado por el especialista que informó la tomografía de
urgencia. Fractura lineal: Se consideró cuando exista una solución de
continuidad de bordes bien afrontados.
Fractura deprimida: Cuando existe una solución de continuidad con varios
fragmentos y/o la depresión de uno o todos
ellos. Hematoma epidural (HED): Se tuvo en cuenta este cuando existió
una colección hemática en el espacio epidural con aspecto de lente biconvexo y
elevada densidad por su contenido de sangre reciente.
Hematoma subdural (HSD): Se estimó este cuando existió una colección de
sangre en el espacio subdural con forma semilunar y diferentes densidades,
dependiendo del tiempo de evolución. Hematoma intraparenquimatoso (HIP): Cuando existió un área hiperdensa, intracerebral de
límites bien o mal definidos, con una atenuación entre 70 y 90 UH con o sin efecto de masa.
Hemorragia subaracnoidea traumática (HSAT): Se consideró esta cuando existió
una colección de sangre en el espacio subaracnoideo que en la TAC aparece como una imagen hiperdensa que se
extiende alrededor de los surcos cerebrales y espacios cisternales. Hemorragia
intraventricular (HIV): Se consideró ésta cuando existió una imagen hiperdensa
intraventricular asociada o no a un hematoma intraparenquimatoso subyacente.
Contusión: La contusión hemorrágica se produjo cuando el área cerebral
contundida se presentó como una mezcla de imágenes hipo e hiperdensas
intracerebrales debido a lesiones petequiales dispersas asociadas con áreas de
edema y necrosis tisular. Edema: Se
consideró cuando apareció una zona pobremente delimitada de densidad reducida
parecida al infarto. Normal: Se consideró cuando no se demostró ningún tipo de
lesión.
Información por TAC: Clasificación tomográfica del TCE, según el
Traumatic Coma Date Bank descrita por Marshall: (6, 8,9) se declaró
como una variable cualitativa normal referida a la distribución de los
hallazgos tomográficos. Lesión difusa I: Sin patología visible en la TAC.
Lesión difusa II: Cisternas presentes con desplazamientos de la línea media de
0-5 mm y/o lesiones densas presentes. Sin lesiones de densidad alta o mixta
> 25 cm3.
Puede incluir fragmentos óseos y cuerpos extraños. Lesión difusa III
(Swelling): Cisternas comprimidas o ausentes con desplazamiento de la línea
media de 0-5 mm. Sin lesiones de densidad alta o mixta > 25 cm3.
Lesión difusa IV (Shift): Desplazamiento de la línea media mayores de 5 mm.
Sin lesiones de densidad alta o mixta > 25 cm3. Lesión focal
evacuada V: Cualquier lesión evacuada quirúrgicamente (hematoma epidural,
subdural, contusión). Lesión focal no evacuada VI: Lesión de densidad alta o
mixta >25 cm3 no evacuada quirúrgicamente. (Anexo 3)
Procedimiento para alcanzar los objetivos desde aquí.
A los pacientes se les realizó TAC de cráneo de urgencia, en el
momento del ingreso o en
las primeras 24 horas después
del TCE. Con un equipo Shimadzu x Ray computarizado tomography system
serie SCT 7800T, de procedencia japonesa, con cortes tomográficos de 5 mm de
espesor cuyos resultados fueron interpretados por el radiólogo.
Previa aprobación por
las autoridades docentes,
administrativas, el Comité de Bioética y el consentimiento
informado de los pacientes objeto de estudio y ∕ o de los acompañantes,
se procedió a realización de la investigación.
Para la recolección de datos se utilizaron dos vías: Primaria: por la
observación de las imágenes tomográficas. Secundaria: a través de la revisión
de las historias clínicas.
Como instrumento de obtención del dato primario se confeccionó una
planilla (Anexo 3), la cual recogió las variables por estudiar para caracterizar
a la muestra objeto de estudio. Los autores fueron los únicos responsables en
la revisión de dichas planillas, con la recogida del dato primario a partir de
las solicitudes de exámenes, interpretación de las imágenes e informes
radiológicos y las historias clínicas.
Método Estadístico: los datos obtenidos fueron vaciados en un modelo
creado al efecto. En su procesamiento estadístico se usó el porciento como medida
de resumen para las variables cuantitativas y cualitativas. La asociación de
variables con chi cuadrado y nivel de significación de 5%. Los datos fueron procesados
en EPIDAT 3,1 (Xunta de Galicia, OPS, 2006).
Aspectos éticos: Se solicitó a la dirección de la institución y al jefe
de Servicio de Imagenología, la autorización para la realización de la
investigación y se consideraron, también,
los aspectos éticos, para cumplir
con principios de la Declaración de Helsinski, con las precauciones para respetar la privacidad
de los sujetos y la confidencialidad de la información, además de omitirse la
identificación de los estudios tomográficos.
Resultados
En la (tabla I) se observa que el grupo comprendido entre 31 y 50 años
fue el más afectado, el 30,1% del universo estudiado, seguidos por un segundo
grupo comprendido entre 51 y 70 años, para
el 26,4%. El tercer grupo afectado en frecuencia fue de 18 a 30 años, el
18,0%. Los pacientes mayores de 90 años fueron los menos comprometidos. Se
evidencio el predominio del sexo masculino, el 75,3% del universo, y 236 del
femenino, el 24,7%.
Tabla I.
Distribución de pacientes con traumatismo craneoencefálico, según edad y sexo.
Grupo de edades (años) |
Sexo |
Total |
||||
Masculino |
Femenino |
|||||
n |
% |
n |
% |
n |
% |
|
18-30 |
118 |
12,3 |
54 |
5,6 |
172 |
18,0 |
31-50 |
213 |
22,3 |
75 |
7,8 |
288 |
30,1 |
51-70 |
204 |
21,3 |
49 |
5,2 |
253 |
26,4 |
71-90 |
126 |
13,2 |
27 |
2,8 |
153 |
16,0 |
+90 |
60 |
6,3 |
31 |
3,3 |
91 |
9,5 |
Total |
721 |
75,3 |
236 |
24,7 |
957 |
100 |
Porcentajes contra total de pacientes 957.
Χ2 = 16,69; p=0,002.
Fuente: Planilla de recolección
de datos.
En la (tabla II) se evidencia el comportamiento de la escala de coma de
Glasgow: 575 pacientes presentaron puntuaciones entre 15 y 13 (60,1%), o sea,
presentaban un trauma leve, 236 tenían
puntuaciones entre 12 y 9, para el 24,6% con trauma moderado y solo con trauma
severo encontramos 146 (puntuaciones iguales o menores de 8), el 15,3%.
Tabla II. Clasificación de pacientes con traumatismo
craneoencefálico,
según
escala de Glasgow.
TCE |
n |
% |
Ligero
(puntaje de 15-13) |
575 |
60,1 |
Moderado
(puntaje de 12-9) |
236 |
24,6 |
Severo
(puntaje ≤ 8) |
146 |
15,3 |
Total |
957 |
100 |
Fuente: Planilla de
recolección de datos.
En la (tabla III) se observa que prevalecen los accidentes del tráfico,
con el 48,3% (463 pacientes del total),
seguido de 223 víctimas de una caída, para el 23,3%. Las agresiones se
presentaron en 181 pacientes (19,0%). El
grupo restante (90) representó el 9,4%,
incluyendo otras causas, como golpe con algún objeto en movimiento,
heridas con armas de fuego de forma accidental, entre otras.
Tabla III.
Distribución de pacientes con traumatismo craneoencefálico según, sus causas.
Causa |
n |
% |
Accidentes
del Tránsito. |
463 |
48,3 |
Caídas
fortuitas. |
223 |
23,3 |
Agresiones |
181 |
19,0 |
Otras
causas |
90 |
9,4 |
Total |
957 |
100 |
Fuente: Planilla de recolección
de datos.
En la (tabla IV) podemos apreciar que 422 de las TAC fueron normales
(44,0%).x Los 535 pacientes restantes (56%) presentaron
algún tipo de hallazgo tomogràfico y, a veces, se conjugan en un mismo caso más
de un tipo de lesión, 156 pacientes presentaron contusiones para un 16,3%, las
fracturas se reportaron en 144 casos, lineales en 105 (10,9%) y deprimidas en
35 (11,1%). El HED se diagnosticó en 85 pacientes para un 8,8% y fue la lesión
que con mayor frecuencia se asoció a fracturas 69%. El HSD se presentó en 102
casos (10,7%), de estos en 69 fueron agudos, 33 subagudos y 18 crónicos,
algunos de estos dos últimos asociados a zonas de resangrado. Los HIP
estuvieron representados por 29 pacientes (3,0%), las HIV en 42 pacientes
(4,3%), probablemente causada por la apertura de un HIP a los ventrículos y
muchas veces asociada a HSA. En nuestros casos la HSAT estuvo presente en 97
pacientes, para un 2,1 %.El edema cerebral estuvo presente en 98 pacientes
(10,2%)
Tabla IV.
Hallazgos tomográficos en pacientes con traumatismos craneoencefálicos.
Hallazgos
Tomográficos |
Pacientes |
|
n |
% |
|
Normal |
422 |
44,0 |
Contusión |
156 |
16,3 |
Fractura
lineal |
105 |
10,9 |
Hematoma
subdural (HSD) |
102 |
10,7 |
Edema |
98 |
10,2 |
Hemorragia
subaracnoidea (HSA) |
97 |
10,1 |
Hematoma
epidural (HED) |
85 |
8,8 |
Hemorragia
intraventricular (HIV) |
42 |
4,3 |
Fractura
deprimida |
39 |
4,0 |
Hematoma
intraparenquimatoso (HIP) |
29 |
3,0 |
n=957 |
Fuente: Planilla de recolección de
datos.
El análisis realizado de las imágenes tomográficas según criterio de
Marshall podemos apreciarlo en la tabla V. Encontramos que ninguno de los 957
pacientes presentó una lesión focal evacuada quirúrgicamente pues la muestra
escogida no incluía a los pacientes ya operados. Se presentó normal el estudio
en 422 (44,0%) siendo el grupo donde prevalecieron los mismos, lo que se asocia
al predominio del TCE leve, mientras que
en el 17,0% pertenecieron al Grado II.
En el 14,8% de los casos se encontró el grado III (Swelling) y grado IV (Shift)
en el 13,2%. Encontramos en el grado VI a 105 pacientes para el 11,0%.
Tabla V. Distribución de pacientes con
trauma craneoencefálico según la clasificación de Marshall.
Grado |
Informe
de TAC |
n |
% |
I |
Normal |
422 |
44,0 |
II |
Desplazamiento
de línea media menor de 5 mm |
162 |
17,0 |
III |
Cisternas
comprimidas o ausentes |
142 |
14,8 |
IV |
Desplazamiento
de línea media mayor de 5 mm |
126 |
13,2 |
V |
Lesión
focal evacuada quirúrgicamente |
0 |
0 |
VI |
Lesión
focal no evacuada quirúrgicamente |
105 |
11,0 |
n=957 |
Fuente: Planilla de recolección de
datos.
Discusión
En relación a los grupos de edades encontramos que La literatura
consultada ofrece datos similares a esta investigación en cuanto a la
prevalencia de los TCE en las edades más productivas de la vida y plantea que
el grupo de edad entre 30 y 40 años es el más vulnerable a presentar este tipo
de traumas. Ortega Zufiria y colaboradores (7) informaron en su
estudio un predominio del grupo de 31-45 años
en un 41,1 %.
El grupo etáreo por debajo de 45 años resultó el más afectado en el
estudio de Varela Hernández y colaboradores (9) lo que representó el
68,3 % de su muestra, no siendo despreciable el grupo de los pacientes entre 46
a 55 años, con un 21,7 %; Relacionamos
la primacía de los grupos etáreos encontrados con el período de vida más activa
tanto laboral como socialmente útil. No por gusto los TCE han sido llamados la
Epidemia Silenciosa, pues son la principal causa de muerte e incapacidad en
individuos menores de 40 años y cuentan
con más años de vida perdidos que el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
La gran incidencia en estas edades es importante pues un elevado por ciento
de los pacientes que sobreviven a un TCE grave presentan algún tipo de
discapacidad (secuela física, labilidad emocional, trastorno del carácter,
personalidad y alteraciones cognitivas) generando un problema social. (7,9)
Diversos autores (4,9,10,11)
reconocen la variable edad como factor de riesgo en la evolución y desenlace de
los pacientes con TCE, refieren que la misma es directamente proporcional al
riesgo de muerte, lo cual es importante si se tiene en cuenta que el segundo
grupo de frecuencia en nuestra muestra correspondió a 51-70 años. Suárez Monnet
y colaboradores (10) encontraron un incremento de la mortalidad por
encima de los 56 años de edad y manifiestan que por encima de los 60 años los
TCE son más frecuentes debido al deterioro físico y mental que se
experimenta a estas edades. Esto es algo
para reflexionar, conociendo que actualmente existen más de 110 millones de
adultos mayores en el planeta.
En los EUA representan del 11 al 14% de la población general y se prevé
que los mayores de 65 años constituyan más de un cuarto de la población total.
En el Caribe el 9,1% de la población es mayor de 60 años y Cuba conjuntamente
con Uruguay y Argentina, con el 15,8% habitante con 60 años y más es uno de los
países más longevos de Latinoamérica. Se estima que para el 2025 se habrá sextuplicado el número de
ancianos. Esto significa el 14% del total de habitantes, lo que ha convertido
al envejecimiento poblacional en un reto para las sociedades modernas, lo cual
sugiere que el TCE se convertirá en significativo problema de salud en las
próximas décadas y aunque es la causa neurológica de muerte más común en el
adulto joven, tienen su segundo pico de incidencia en el adulto mayor, el que
es más susceptible de sufrir complicaciones graves incluso después de TCE
leves. (11)
En la bibliografía revisada nacional e internacional también es el sexo
masculino el más afectado. Nuestro estudio coincide con el realizado por Aristizábal
Acevedo (12) quien encontró que el 78,3 % correspondía al sexo
masculino y 21,7 % al sexo femenino con una relación hombre/mujer de 3:1. Diversos autores (9, 10, 11, 12,13) también encuentran una mayor
incidencia del sexo masculino y afirma que los hombres son más propensos a
sufrir cualquier variante de accidentes y traumas debido a sus hábitos, estilos
de vida y la profesión que desempeñan.
Atribuimos el comportamiento de nuestra muestra a que en nuestra
sociedad la población del sexo masculino sigue siendo la que está más sometida
a las labores de mayor riesgo, constituye el mayor número de conductores y de
pasajeros en vehículos automotores, medio este que a través de los accidentes
de tránsito tiene una elevada incidencia en la morbilidad y mortalidad del TCE.
También se encuentran más involucrados en las riñas, las agresiones, el consumo
de alcohol y otras sustancias que alteran la conciencia, la mayor participación
en guerras, deportes de combate entre otros.
El TCE produce alteraciones en el nivel de conciencia, la valoración de
ésta constituye un indicador de la intensidad o severidad de la lesión así como
su pronóstico. Para su evaluación en la práctica clínica se estima de forma
universal La Escala de Coma de Glasgow con lo cual se hace una valoración
cuantitativa del nivel de conciencia. (6,9) Coincidimos con los datos publicados por
Aristizábal Acevedo (12) donde existió predominio del TCE ligero con
un 94,15% del universo estudiado seguido del TCE moderado en el 4,19% de los casos
y el TCE severo en el 1,66%.
Los accidentes del tránsito son la quinta causa de muerte en Cuba y la primera en el mundo desarrollado. (1)
Cifras semejantes muestra la investigación de cinco años realizada en el
Instituto Superior de Medicina Militar Dr. Luis Díaz Soto donde los
accidentes del tránsito fueron la causa más frecuente con el 76,47% de los
pacientes, seguidos de las caídas en el 12,48% y las agresiones en el 8,18%.
Solo se recibieron 11 heridas por armas de fuego (0,17%) y otras causas constituyeron
el 2,72% de los pacientes tratados. (14)
Cabe destacar que la principal causa reconocida de los TCE son los
accidentes del tráfico, la mayoría de las veces evitables. Establecer los
límites de velocidad, las tasas de alcoholemia de los conductores y del uso
adecuado de las medidas obligatorias de seguridad (cinturones, airbags y cascos
en los motoristas) han demostrado ser eficaces al reducir el número y la
gravedad de los TCE evitando así la pérdida de vidas y discapacidades a los
sobrevivientes de estos traumatismos.
El consumo de alcohol aumenta el riesgo de traumatismo tanto en los
accidentes de tráfico sino también en las agresiones y las caídas. En los
últimos años los accidentes del tráfico se agravan por el número de
automóviles, vehículos y además por el incremento de los niveles de violencia
en el mundo. (11, 12,15)
En Cuba se han realizado estudios que demuestran que los accidentes
constituyen la primera causa de muerte en las edades comprendidas entre 1 y 49
años y que los accidentes del tránsito son responsables de más del 60% de los
politraumatizados; el TCE está presente en el 70% de los mismos siendo
responsable de dos tercios de las muertes en menores de 41 años (15).Ocupando
el segundo lugar entre las causa de los TCE se involucra a las caídas fortuitas
y correspondieron en mayor medida a pacientes de la tercera edad por lo que
consideramos se debe incrementar la educación sanitaria en la atención primaria
de salud, eliminar barreras arquitectónicas y de esta forma prevenir esta
situación en el anciano que por su deterioro físico, enlentecimiento y
disminución de la respuesta sensitiva y motora unido a las enfermedades
asociadas conllevan a un aumento de la mortalidad luego de un TCE. (9,10)
En Cuba las heridas craneofaciales por arma de fuego son poco
frecuentes y existen escasas publicaciones sobre este tema. Casi la totalidad
de los casos ocurre en hombres; generalmente por suicidio; homicidio o
accidentes, en el período estudiado por los autores solo existió un caso de
trauma por arma de fuego. (14)
La TAC representa en la actualidad el más eficiente medio diagnóstico en
el manejo del TCE, y constituye un estudio exploratorio imprescindible para el
diagnóstico, seguimiento evolutivo y pronóstico del mismo. El hecho de encontrar lesión craneal en un paciente con TCE en el
estudio tomográfico inicial, ensombrece el pronóstico, basado en que aparecen
rápidamente complicaciones como hipertensión endocraneana, infecciones,
fistulas, entre otros hallazgos, lo que hace que este tipo de trauma se asocie
a una alta mortalidad, que llega alcanzar el 70 a 80% de los pacientes y es por
esto la importancia de realizar inmediatamente la TAC. (16,17)
En los pacientes con criterios
menores de indicación, también es aconsejable su realización lo que evita
ingresos hospitalarios innecesarios. En ocasiones se recomienda repetir la TAC
(previamente negativa) en las primeras 72 horas después del trauma, sobre todo
cuando hay deterioro de la conciencia con el fin de detectar un hematoma tardío,
lesiones hipóxicas de isquemia o edema cerebral. En pacientes con TCE graves
con deterioro neurológico progresivo se recomienda repetir el estudio 6 horas
después de su admisión. También se ha utilizado en los traumas no recientes
para descartar atrofia, encefalomalacia focal, hidrocefalia o un hematoma
subdural crónico. (8, 16,17)
Suárez Monnet repara en que la recepción rápida
en el hospital antes de las seis
horas de ocurrido el accidente
es importante para disminuir el número de insultos
secundarios ; se sabe que la detección precoz
de los trastornos metabólicos y la
prevención de las lesiones secundarias ayudan
a una pronta recuperación y disminuye las
secuelas. (10)
La más difundida y defendida de las clasificaciones del TCE por TAC es
la de Marshall y colaboradores (6, 8,9) creada a partir de los datos
del banco de coma traumático en 1991, y que se basa en el estado de las
cisternas mesencefálicas, el grado de desviación de la línea media y la
presencia o no de lesión focal. Esta clasificación es de fácil aplicación pero
debe tenerse en cuenta que los TCE son procesos dinámicos y la codificación del
tipo de lesión puede cambiar en estudios tomográficos evolutivos.
La identificación de los pacientes portadores de un traumatismo
craneoencefálico con riesgo a desarrollar hipertensión endocraneal fue uno de los objetivos que se persiguió al
elaborar esta nueva clasificación en función de los hallazgos en la TAC,
incluidos en el Traumatic Coma Date Bank. Las categorías diagnósticas de este
banco de datos son en gran medida una
aproximación a los cambios en el volumen cerebral tras el traumatismo e
intentan ser un indicador precoz de la hipertensión endocraneal que sufren estos
pacientes. (16,18)
Diversos autores (12, 15, 16,17) plantean un predominio de las lesiones de
tipo difusas sobre las focales. Lo mismo evidenció nuestra investigación con un
alto porcentaje de lesiones difusas, que también causaron el mayor número de
defunciones.
No obstante, debe tenerse en cuenta que las lesiones neurotraumáticas
son procesos dinámicos y que en las sucesivas TAC de control se pueden detectar
nuevas lesiones, o modificaciones de los parámetros radiológicos, que nos
obliguen a cambiar la codificación del tipo de lesión.
La principal limitación de estudio está determinada por la ausencia de
estudios similares en el centro en relación a la importancia de la tomografía axial
computarizada como medio diagnóstico ideal e insuperable para la detección de
lesiones traumáticas craneoencefálicas de forma rápida y certera que facilita
además el diagnóstico precoz del daño cerebral así como de las consecuencias
del desarrollo de complicaciones secundarias a dicho trauma.
Conclusiones
La tomografía axial computarizada permitió el diagnóstico de lesiones
en más de la mitad de los pacientes con trauma craneoencefálico atendidos en
los que predominaron las lesiones leves (fracturas lineales y contusiones)
según la clasificación de Glasgow. Posibilitó la descripción de signos precoces
de hipertensión intracraneal con la aplicación de los criterios de Marshall.
El número de pacientes con tomografías normales es un indicador
aceptable por ser las lesiones neurotraumáticas procesos dinámicos y pueden
servir de control para evaluar estudios evolutivos. El sexo masculino, las
edades entre la 3era y 5ta décadas y los accidentes de tránsito se corresponden
con las variables de mayor riesgo de traumas craneoencefálicos.
Recomendamos extender el uso de la tomografía axial computarizada para
garantizar el diagnóstico
imagenológico de todos
los pacientes con
trauma craneoencefálico en las primeras 24 horas de ocurrido y durante
el seguimiento evolutivo en los casos que lo requieran.
Referencias Bibliográficas
1. Valls O, Parrilla M, Valls CT. Evaluación Imagenológica de pacientes
con trauma craneal. En: Imagenología en los traumas cráneo -encefálicos. Valor
de los algoritmos diagnósticos. V.1. La Habana: Ciencias Médicas; 2012. p.
69-78.
2. Gutiérrez Abad C, Puente Montes S, Velasco Zúñiga R, Fernández
Arribas JL, Campo Fernández N, Sánchez García A. Traumatismo craneoencefálico
en un servicio de urgencias. Acta Pediatr Española. 2014[citado 18/12/2018];
72(2): 40-45.Disponible en: http://www.actapediatrica.com/index.php/secciones/originales/item/944-traumatismo-craneoencefalico-en-un-servicio-de-urgencias#.XjRZJ2q8rcd
3. Cuba. Ministerio de Salud Pública. Anuario estadístico de Cuba 2016.
La Habana: MINSAP; La 2017.
4. Nguyen R, Fiest KM, McChesney J, Kwon CS,
Jette N, Frolkis AD, et al. The
International Incidence of Traumatic Brain Injury: A Systematic Review and
Meta-Analysis. Can J Neurol Sci. 2016[citado 18/12/2018];43(6):774-785.Disponible
en: https://doi.org/10.1017/cjn.2016.290
5. Uccella L, Zoia C, Perlasca F, Bongetta D, Codecà R, Gaetani P. Mild
Traumatic Brain Injury in Patients on Long-Term Anticoagulation Therapy:Do They
Really Need Repeated Head CT Scan? World Neurosurg. 2016[citado 18/12/2018];93:100103.Disponible
en https://doi.org/10.1016/j.wneu.2016.05.061
6. Foulkes MA, Eisenberg HM, Jane JA,
Marmarou A, Marshall LF. The traumatic coma data bank: design, methods, and
baseline characteristics. J Neurosurg. 1991[citado 15/01/2018]; 75: 8-13.Disponible
en: https://doi.org/10.3171/sup.1991.75.1s.00s8
7. Ortega Zufiria JM, Lomillos Prieto N, Coque Cuba B, Tamarit
Degenhardt M,Poveda Núñez P,Remedios
López Serrano M. Traumatismo craneoencefálico leve. Surg Neurol Int. 2018[citado 15/01/2018];9(Suppl
1):1628.Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5799943/pdf/SNI-9-16.pdf
8. Marshall LF, Marshall SB, Klauber MR,
Clark Berkum BM, Eisenberg HM, Jane JA, et al. A new classification of head injury based on computerized tomography. J
Neurosurgery.1991 [citado 04/01/2014]; 75(S):14-20. Disponible en: http://thejns.org/doi/pdf/10.3171/sup.1991.75.1s.0s14
9. Varela Hernández A, Martínez Terreu C, Muñoz Gajardo R y
colaboradores. Algoritmo para la tomografía secuencial de cráneo en pacientes
con traumatismo encéfalocraneano. Presentado en el LVIII Congreso Nacional Chileno
de Neurocirugía 2015. Rev Chilena Neurocirugía. 2016; 42: 24-30
10. Suárez Monnet D, Medrano García R, López Delgado H. Factores
pronóstico del trauma craneoencefálico moderado. Comportamiento en un período
de un año. AMC. 2014 [citado 03 /04/2014];10(3).Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552006000300005
11. Muriel Brand L, Pino A. Atención prehospitalaria del trauma cráneo
encefálico por accidentes motociclísticos en la ciudad de Medellín. [Tesis].
[Medellín, Colombia]: Facultad de Medicina
Universidad CES; 2012.50p. Disponible
en: http://repository.ces.edu.co/bitstream/10946/2076/2/INVESTIGACION_ENCUESTA.pdf
12. Aristizábal Acevedo VH, Graciano Obando J, Cortés Girón CP.
Incidencia de trauma facial y trauma cráneo encefálico (TEC) por mal uso del
casco. 2015. [Tesis]. [Medellín, Colombia]: Facultad de Medicina Universidad
CES; 2013.Disponible en: http://repository.ces.edu.co/bitstream/10946/2086/2/Incidencia_trauma_facial.pdf
13. Cruz Portelles A, Marrero Reyes Y, Fernández Chelala BE, Terrero de
la Cruz JG, Batista Ojeda IM, Miranda González IM. Factores predictores de
mortalidad por trauma craneoencefálico grave. CCM. 2014 [citado 26/11/2019];
18(3). Disponible en: http://revcocmed.sld.cu/index.php/cocmed/article/view/1524
14. Quintanal Cordero N, Felipe Morán A, Tápanes Domínguez A, Rodríguez
de la Paz N, Cañizares Marrero, Prince López J. Traumatismo craneoencefálico:
estudio de cinco años. Rev Cubana Medicina Milit. 2006[citado 12/12/2015];35(2).
Disponible en: http://scieloprueba.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-65572006000200003&lng=es
15. Pereira Riverón R. Traumatismos craneoencefálicos en adultos. En:
Goyenechea Gutiérrez FF, Pereira Riverón R. Neurocirugía. Lesiones del sistema
nervioso. V 1.La Habana: Ciencias Médicas; 2014. P.92-133.
16. Zyluk A. Indications for CT scanning in
minor head injuries: A review. Neurol Neurochir Pol. 2015[citado
12/12/2018]; 49(1):5257.Disponible en:
https://journals.viamedica.pl/neurologia_neurochirurgia_polska/article/view/61028
17. Levin H, Diaz Arrastia RR. Diagnosis, prognosis, and clinical management of mild traumatic brain injury. Lancet Neurol. 2015[citado 12/12/2015];
14(5):506517.Disponible en: https://doi.org/10.1016/S1474-4422(15)00002-2
18. Bharadwaj S, Rocker J. Minor head
injury: limiting patient exposure to ionizing radiation, risk stratification,
and concussion management. Curr Opin
Pediatr. 2016[citado 12/12/2015]; 28(1):121131.Disponible en: https://doi.org/10.1097/MOP.0000000000000297
Anexo 1.
Planilla de
vaciamiento de datos.
Nombre y
Apellidos: ____________________________ HC: ___________
1. Sexo: M
_____ F _____ 2. Edad:
_________
3.
Evaluación Inicial según EGC:
De 15 - 13
ptos ______
De 12 - 9
ptos ______
De 8 o menos
puntos______
4. Causa del
TCE:
Accidente
del tránsito ______
Caída ______
Agresión______
Otras______
5. Hallazgos por TAC.
Fractura lineal. ______
Fractura deprimida______
Hematoma epidural. ______
Hematoma subdural. ______
Hematoma intraparenquimatoso. ______
Hemorragia subaracnoidea traumática. ______
Hemorragia intraventricular. ______
Contusión. ______
Edema. ______
Normal.______
6. Informe por TAC según Marshall.
Normal ______
Desplazamiento de línea media menos de 5 mm ______
Cisternas comprimidas o ausentes _______
Desplazamiento de línea media más de 5 mm _______
Lesión Focal evacuada quirúrgicamente ______
Lesión focal no evacuada quirúrgicamente ______
Anexo 2.
Escala de Glasgow para el Coma (EGC).
Ojos |
Abre espontáneamente |
4 |
|
Abre a órden |
3 |
|
Abre al dolor |
2 |
|
No abre |
1 |
Mejor Respuesta Motora |
Obedece órdenes |
6 |
|
Localiza dolor |
5 |
|
Flexión por retirada |
4 |
|
Flexión anormal |
3 |
|
Extensión |
2 |
|
No responde |
1 |
Mejor Respuesta Verbal |
Orientado, conversa |
5 |
|
Desorientado, conversa |
4 |
|
Palabras inapropiadas |
3 |
|
Sonidos Incomprensibles |
2 |
|
No responde |
1 |
TOTAL |
|
3-15 |
Anexo 3.
Clasificación tomográfica de Marshall.
Grado |
Tipo
de lesión |
TAC
craneal |
I |
Lesión
difusa I |
Sin
patología visible en la TAC |
II |
Lesión
difusa II |
Cisternas
presentes con desplazamientos de la línea media de 0-5 mm y/o lesiones densas
presentes. Sin lesiones de densidad alta o mixta > 25 cm3. Puede
incluir fragmentos óseos y cuerpos extraños. |
III |
Lesión
difusa III (Swelling) |
Cisternas
comprimidas o ausentes con desplazamiento de la línea media de 0-5 mm.
Sin lesiones de densidad alta o mixta > 25 cm3. |
IV |
Lesión
difusa IV (Shift) |
Desplazamiento
de la línea media > 25 cm3. Sin lesiones de densidad alta o mixta > 25
cm3. |
V |
Lesión
focal evacuada |
Cualquier
lesión evacuada quirúrgicamente (hematoma epidural, subdural, contusión). |
VI |
Lesión
focal no evacuada |
Lesión
de densidad alta o mixta >25 cm3 no evacuada quirúrgicamente. |
Conflicto de intereses
Los autores
no presentan conflictos de intereses.
Contribución de autoría
YCP:
participó en la confección del proyecto de investigación, recogida de datos y
elaboración del primer borrador.
NCG:
recogida de datos, análisis de datos y elaboración del informe final.
YCC:
recogida de datos, análisis de datos y elaboración del informe final.
EZT:
recogida de datos, análisis de datos y elaboración del informe final.
ADP:
recogida de datos, análisis de datos y elaboración del informe final.
YCA:
análisis de datos y elaboración del informe final.
Todos
aprobaron la versión final del informe.
Esta obra está
bajo una licencia de Creative Commons
Reconocimiento-
No Comercial 4.0 Internacional.
Copyright (c) 2021 Yamily Cruz Pino, Nancy Camejo González, Yamila Cruz Cruz, Elsaibett Zúñiga Torres, Armando Díaz Pérez, Yudelkis Cutié Anido
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.
Comentarios sobre este artículo
por Haddid Vega Vázquez (2020-04-27)
por Haddid Vega Vázquez (2020-04-27)