Artículo original
Opiniones
y percepciones sobre la toma de decisiones a través del consentimiento
informado en pacientes graves
Opinions and
perceptions about decision making through informed consent in critically ill
patients
Esp. Anabel Hernández Ruiz1* https://orcid.org/0000-0001-6692-5717
Esp. Rebeca Iracema Delgado Fernández1 https://orcid.org/0000-0002-9048-2968
Esp. Carlos Omar Mitjans Fuentes1 https://orcid.org/0000-0001-5809-3308
Lic. Rosario González Volta1 https://orcid.org/0000-0001-6220-471x
Lic. Teresa Cuñí Rivera1 https://orcid.org/0000-0001-6645-365x
Lic. Denis Díaz González1 https://orcid.org/0000-0001-9022-040x
1 Hospital
Docente Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán Domínguez. La Habana, Cuba.
*Autor para la correspondencia.
Correo electrónico anabelhdez@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción:
Consentimiento Informado es la aceptación de una intervención médica por un
paciente, en forma libre, voluntaria y consciente, después de que el médico le
haya informado el tipo de tratamiento, riesgos y beneficios, así como las
alternativas posibles.
Objetivo:
Determinar las opiniones y percepciones sobre su participación en la toma de
decisiones en pacientes graves.
Método:
Estudio descriptivo prospectivo longitudinal en la Unidad de cuidados
intensivos del hospital Joaquín Albarrán Domínguez en el período de enero a
julio del 2018. El universo estuvo conformado por 354 pacientes y/o familiares,
a los cuales se les aplicó una encuesta anónima. Con los datos obtenidos, se
confeccionó una planilla de recolección de datos. Se emplearon métodos de la
estadística descriptiva e inferencial, el cálculo porcentual y el chi cuadrado.
Resultados:
Solo el 22,2% de los profesionales aplicaron los procedimientos del
consentimiento informado completo, el 33,9% de los familiares y/o pacientes
firmaron el documento escrito, por la obligación de realizar procederes
médicos, aunque únicamente el 20,8% entendió la explicación. El nivel de
escolaridad no influyó en la comprensión y aceptación del proceso. El nivel de
satisfacción con la información recibida y la toma de decisiones fueron bajos
(22%).
Conclusiones:
Los procedimientos del consentimiento informado se realizan de forma
incorrecta, la información es insuficiente, no se lee o explica ni aclaran las
dudas; se evidencian recelo y desconfianza. No hubo un adecuado grado de
satisfacción en la toma de decisiones por parte de pacientes y/o familiares.
Palabras clave:
consentimiento informado, satisfacción, calidad asistencial.
ABSTRACT
Introduction: Informed consent is the acceptance of a medical
intervention by a patient, in a free, voluntary and conscious way, after the doctor
has informed him of the type of intervention, risks and benefits, as well as the
possible alternatives.
Objective: To determine opinions and perceptions about their
involvement in decision making in critically ill patients.
Method: Longitudinal prospective descriptive study in the
intensive care unit of Joaquín Albarrán Domínguez Hospital, from January to
July 2018. The universe consisted of 354 patients and / or relatives, to whom
an anonymous survey was applied. With the data obtained, a data collection form
was prepared. Methods of descriptive and inferential statistics, percentage
calculation and chi-square were used.
Results: Only 22.2% of professionals applied the procedures
of full informed consent; 33.9% of family members and / or patients signed the
written document for the obligation to perform medical procedures, although
only 20.8% understood the explanation. Education level did not influence understanding
and acceptance of the process. The level of satisfaction with the information
received and decision making was low (22%).
Conclusions: Informed consent procedures are carried out
incorrectly, the information is insufficient, it is not read or explained, and
doubts are not clarified; mistrust and distrust are evident. There was not an
adequate degree of satisfaction in the decision making process on the part of
patients and/or family members.
Keywords: informed consent, satisfaction, quality of care.
Recibido:
23/05/2019.
Aprobado:
28/02/2020.
Introducción
La aceptación o el rechazo de una intervención médica es una
manifestación particular del ejercicio de la autonomía.
El modelo fundamental de la relación médico enfermo había permanecido
casi inmutable desde la antigüedad.(1) El antiguo modelo de la
relación exigía al enfermo obediencia y confianza en el médico. Y el médico,
por su parte, debía tener una autoridad fuerte para cumplir con su deber de
buscar el máximo beneficio objetivo del enfermo. A este deber se le llama
actualmente: Principio de Beneficencia.(2)
En los últimos años este tipo de relación médico paciente ha
comenzado a experimentar una transformación radical. Ahora el enfermo espera
que se respeten sus derechos y su autonomía para decidir. Y al médico se le
pide, sobre todo, competencia técnica para realizar las aspiraciones y los
deseos del enfermo. Se suele definir este cambio como la evolución desde un
modelo clásico paternalista hacia un nuevo modelo más autonomista.
Consentimiento Informado (CI) es la aceptación de una intervención
médica por un paciente, en forma libre, voluntaria y consciente, después de que
el médico le haya informado sobre la naturaleza de la intervención con sus riesgos
y beneficios, así como las alternativas posibles con sus respectivos riesgos y
beneficios. Se puede afirmar que es un proceso, porque se inicia desde el
ingreso del paciente con la explicación verbal y culmina con la firma del
documento escrito.(3)
Por eso, para asumir este consentimiento se deben reunir ciertas
condiciones:
1. Disponer de información suficiente.
2. Comprender la información adecuadamente.
3. Encontrarse libre para decidir de acuerdo con sus propios valores.
4. Ser competente para tomar la decisión en cuestión.
Ello se deriva del derecho que tiene todo ciudadano a la libre
autodeterminación, porque promueve la autonomía, fomenta la racionalidad en la
toma de decisiones médicas (se logra gracias a la necesidad de hacer explícita
la justificación de las decisiones), protege a los enfermos y a los sujetos de
experimentación, evita el fraude y la coacción; por otra parte, alienta la
autoevaluación y el autoexamen en los profesionales de la medicina, al
garantizar la mejora de la calidad de la asistencia médica y el nivel de
satisfacción de la población con los servicios de salud.
En Cuba, la educación de los profesionales de la Salud tiene un
enfoque bioético y se basa en el principio del respeto a la autonomía
individual y colectiva, dirigida fundamentalmente a garantizar la integridad de
la persona, que es sinónimo de salud.
En los Lineamientos del Partido, el Decreto-Ley 41 de la Salud Pública
(4) define el papel rector del Ministerio de Salud Pública en la
prestación de sus servicios y de regulación del ejercicio de la Medicina, así
como de las actividades que le son afines; en su artículo 4 se reconoce, además,
el carácter social de la medicina de acuerdo con los principios de la moral
socialista y de la ética médica establecidos, además de regular la
obligatoriedad del CI ante cualquier medicina diagnóstica y terapéutica y el
perfeccionamiento de los procederes para este fin.(5)
Conocer la percepción de los pacientes y/o familiares sobre el proceso
de CI resulta importante porque permite evaluar el desempeño profesional del
personal que labora en una institución de salud, la adecuada relación médico-paciente,
así como el respeto a los principios bioéticos de autonomía, por lo que se decide realizar la presente
investigación, con el objetivo de determinar las opiniones y percepciones sobre
su participación en la toma de decisiones en pacientes graves, ingresados en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Docente Clínico Quirúrgico
(HDCQ) Joaquín Albarrán Domínguez.
Método
Se realizó un estudio descriptivo prospectivo longitudinal en la UCI
del HDCQ Joaquín Albarrán Domínguez. La Habana. Cuba. En el período de período del 1 enero al 30 de
julio del 2018.
El universo estuvo conformado por 354 pacientes y/o familiares, a los
cuales se les aplicó una encuesta anónima, a través de la cual se recolectó el
dato primario, compuesta por 5 preguntas cualitativas (anexo 1). La validación
de dicho instrumento se realizó a partir de criterios de 20 expertos en el
tema.
Métodos empíricos y teóricos
Del nivel empírico se empleó la observación, dentro del nivel teórico
con un enfoque dialéctico materialista, el método histórico lógico, el análisis
documental, la sistematización, la modelación y el enfoque sistémico
estructural funcional.
Las variables seleccionadas fueron:
- Nivel
de instrucción: definido como nivel primario, secundario, medio y universitario,
según alcanzada por el entrevistado.
- Profesional
que adjudicó la información: especialista, residente o profesional de otro
servicio dentro del hospital que dio la información sobre el estado de salud
del paciente y solicitó el CI verbal y escrito, así como explicó las
alternativas de tratamiento y aclaró las dudas.
- Motivo
por el que firmaron el CI, según los motivos por el que se firma el CI: vergüenza
al parecer ignorante, presión (familiar, social, laboral), conocimiento del CI,
obligación para realizar procederes médicos, haber entendido la explicación.
- Grado
de satisfacción alcanzado por el paciente y/o familiar durante la toma de
decisiones: según la apreciación del paciente y/o familiar de la aceptación de
las decisiones en poco, moderado y completamente satisfecho.
- Nivel
de confianza con la información aportada: según la seguridad en la información
ofrecida. Confía plenamente, cierto recelo, búsqueda de segunda opinión,
cambiar de médico, no contestado.
Con los datos obtenidos, se confeccionó una planilla de recolección de
datos.
Del nivel estadístico se emplearon métodos de la estadística
descriptiva e inferencial, el cálculo porcentual y el chi cuadrado para
determinar la asociación entre las variables. Se consideró significativo un
valor de p menor o igual a 0,05. Para el análisis de los resultados se empleó
el programa estadístico SPSS, versión 22 para Windows.
Se solicitó el CI a todos los participantes y además al comité de
ética de la investigación y la dirección del hospital.
Resultados
En la UCI del hospital Joaquín Albarrán Domínguez, en el período
estudiado, ingresaron 420 pacientes, de los cuales participaron en el estudio
354 pacientes y/o familiares (85,4%).
La información respecto al personal de la salud que entregó y aportó
la información médica a través del CI se observa en la tabla I, por la cual constató
que el 55,4% de los especialistas que laboran en la unidad ofrecieron y
solicitaron el CI y de ellos el 22,2% realizó el procedimiento completo
(leerlo, explicar las alternativas, aclarar las dudas) e hizo énfasis en la
explicación de las alternativas de tratamiento; el resto del personal médico
(residentes y médicos de otros servicios) tuvo muy bajo porcentaje.
Tabla
I. Personal médico que entregó y aportó la
información acerca del consentimiento informado
Personal médico n=359 |
Lo entregó |
Lo leyó |
Y explicó las alternativas |
Y aclaró las dudas |
Total |
Especialista de la UCP |
4(1,1%) |
30(8,3%) |
60*(16,7%) |
7(1,9%) |
199(55,4%) |
18(5,0%) |
80*(22,2%) |
||||
Residente de la UCP |
4(1,1%) |
10(2,7%) |
40(11,1%) |
30(8,3%) |
95(26,4%) |
4(1,1%) |
7(1,9%) |
||||
Médicos de otros servicios |
12(3,3%) |
10(2,7%) |
14(3,8%) |
19(5,2%) |
65(18,2%) |
4(1,1%) |
6(1,6%) |
||||
Total |
96(25,6%) |
263(73,2%) |
359(100%) |
Fuente: Encuesta.
*p=0,00
Nota: los porcentajes fueron calculados sobre el
total de encuestados.
Hubo un predominio de los familiares y/o pacientes que firmaron el CI
por la obligación de realizar procederes médicos (35,9 %). Tabla II.
Llama la atención que aunque el 20,8% de los entrevistados refirió
haber entendido la explicación, solamente el 19,2% afirmó conocer que es el CI
(fundamentalmente por quienes tenían nivel universitario).
No hubo asociación significativa entre el nivel de escolaridad y el
motivo por el que se firma el CI.
Tabla II. Relación entre el motivo por el que se firma el consentimiento
informado y el nivel de instrucción
Motivo |
Nivel de instrucción=359 |
|
|
||||
Primario |
Secundario |
Preuniversitario |
Medio |
Universitario |
Total |
Valor de p |
|
Vergüenza al parecer ignorante |
12(3,3%) |
2(0,5%) |
8(2,2%) |
3(0,8%) |
2(0,5%) |
27(7,5%) |
0,97 |
Presión (familiar, social, laboral) |
23(6,4%) |
12(3,3%) |
4(1,1%) |
12(3,3%) |
8(16,4%) |
59(16,4%) |
1,00 |
Conocimiento del CI |
10(2,7%) |
24(6,6%) |
15(4,1%) |
12(3,3%) |
8(16,4%) |
69(19,2%) |
1,00 |
Obligación para realizar procederes médicos |
27(7,5%) |
12(3,4%) |
30(8,3%) |
14(3,8%) |
46(12,8%) |
129(35,9%) |
0,97 |
Haber entendido la explicación |
15(4,1%) |
12(3,3%) |
13(3,6%) |
12(3,3%) |
23(6,4%) |
75(20,8%) |
0,97 |
Total |
87(24,2%) |
62(17,2%) |
70(19,4%) |
53(14,9%) |
87(24,2%) |
359(100%) |
- |
Fuente: Encuesta.
Nota: los porcentajes fueron calculados sobre el
total de encuestados.
Respecto al nivel de confianza con la información ofrecida, según
grado de satisfacción, predominó el recelo con la información ofrecida, con el
34,2%.
Por otra parte, el 71,3% de los encuestados tuvieron un grado de
satisfacción insuficiente, ya que deseaban saber más acerca de la salud de los
enfermos. El 13,9% no contestó a esta pregunta. Hubo asociación entre el nivel
de confianza y el grado de satisfacción con la información ofrecida tabla III.
Tabla III. Nivel de confianza con la
información ofrecida según grado de satisfacción
Nivel de confianza |
Grado de satisfacción |
|||
Insuficiente, desean saber más |
Aumentó la ansiedad |
Totalmente satisfecho |
Total |
|
Confía plenamente |
50(13,9%) |
2(0,5%) |
50(13,9%) |
102(28,4%) |
Cierto recelo |
110(30,6%) |
3(0,8%) |
10(2,7%) |
123(34,2%) |
Búsqueda de segunda opinión |
50(13,9%) |
10(2,7%) |
9(2,5%) |
69(19,2%) |
Cambiar de médico |
6(1,6%) |
3(0,8%) |
6(1,6%) |
15(4,1%) |
No contestado |
40(11,1%) |
6(1,6%) |
4(1,1%) |
50(13,9%) |
Total |
256(71,3%) |
24(6,6%) |
79(22%) |
359(100%) |
Fuente: Encuesta.
p=0,00
Nota: los porcentajes fueron calculados sobre el
total de encuestados.
Discusión
En el presente estudio se constata que los especialistas de la UCI
brindan la información más completa en el momento de aplicar el CI.
Es importante tener en cuenta que las UCI están conformadas por grupos
básicos de trabajo, donde la discusión de casos y la toma de decisiones se
realizan en colectivo; sin embargo, las intervenciones médicas son realizadas
por un solo profesional, quien debe establecer el mayor acercamiento al
paciente y/o familiares y realizar los procedimientos del CI; sin embargo, ello
no exime al resto del personal, incluido a enfermería, asistentes a pacientes y
otros.
Un estudio similar, realizado por Rodríguez y colaboradores, (6) coincide
con el presente, pues se señala que los pacientes y/o familiares desconocen el
nombre del médico actuante, no especifican si el mismo u otro médico realizará
algún tipo de intervención médica y, por otra parte, al tratarse de hospitales
docentes, muchas veces los internos y/o residentes se encargan de dar la
información del CI.
Igualmente concordamos con la revisión titulada Diez mitos en torno
al consentimiento informado,(7) donde se plantea que la obligación de
obtener el consentimiento del paciente es del profesional que realiza la
intervención, sea médico, enfermero o psicólogo clínico, y este además debe
asegurarse de que el paciente ha recibido una información adecuada, pero esa
responsabilidad de información debe compartida con todos los profesionales que
intervienen en el proceso de atención. Cada uno de ellos participará según su
grado de competencia, pero, en principio, nadie está eximido de esta
obligación. De todos modos, el médico responsable del paciente debe actuar como
garante de que el proceso informativo sea adecuado.
Estos errores son especialmente preocupantes en el caso de los
pacientes que requieran intervenciones quirúrgicas.(8) Es frecuente
que la decisión de intervenir, la orden de ingreso y la entrega del formulario
de CI las realice un cirujano diferente del que efectuará la cirugía, a menudo
sin que el propio paciente conozca cuál será el proceder que se realizará. De
hecho, con frecuencia la firma del formulario es un requisito administrativo
para poder entrar en la lista de espera quirúrgica. Llegado el momento, no es
raro que el cirujano que va a operar al paciente ni siquiera hable antes con él;
en ocasiones lo verá por primera vez cuando este ya esté dormido o pre medicado,
aunque se asume que el documento firmado da cuenta de que el proceso de
consentimiento se efectuó correctamente.(8)
Aunque no hubo relación entre el nivel de instrucción y el motivo por
el que se firma el CI, se observó en los pacientes y/o familiares que lo firmaron
por obligación para realizar los procederes médicos. Es importante señalar que
mucho de estos pacientes ingresan con criterio de gravedad y la necesidad de
realizar procederes de urgencia muchas veces requieren decisiones "a priori", por lo que la solicitud
del CI debe ir encaminada a explicar la conducta emergente a aplicar.
Por otro lado, aunque solo en el 4% de los casos el CI se firmó
después de que el procedimiento dispuesto a autorizarse se llevara a cabo,
puede deberse a casos urgentes en los que estaba en peligro la vida del
paciente y el profesional de la salud no podía esperar una autorización por
escrito.
La proporción de los familiares directos de los pacientes que
autorizaron el CI fue mayor a la de los propios pacientes, debido a que algunos
no son capaces de tomar sus propias decisiones y requieren un representante
legal (estados de coma, disociados, entre otros).
Aunque considerada una cifra muy baja, el 20,8% de los pacientes y/o
familiares refirieron haber entendido la explicación, porque indica que aún la
información no es asequible y en sentido general se desconoce qué es el CI como
tal, pero sí reconocen su derecho a la información médica y a la participación
en la toma de decisiones.
Una de las limitaciones del estudio fue que no se evaluó la capacidad
de los pacientes y/o familiares para la toma de decisiones, teniendo en cuenta
el hecho que la capacidad es un elemento central en la práctica del proceso de
CI, que hace que esta sea para el profesional de la salud una gran responsabilidad ética, fundamentada
tanto en el principio de autonomía, como en los principios de beneficencia y de
no maleficencia.
En la investigación realizada por Rojas (9) no hubo concordancia con estos resultados, pues se
encontró una relación directa entre el grado de escolaridad baja con la
deficiencia de conocimiento del CI y a pesar que muchos pacientes o sus
representantes legales no saben la función ni el propósito del CI, firman, no
obstante, este documento y ponen su entera confianza en el médico que se los
solicitó, aunque ignoran su propio derecho a ser informados sobre su
padecimiento actual y los detalles del procedimiento médico o quirúrgico que el
médico empleará.
Wally y Luz.(10) encontraron diferencias en relación con el
grado de instrucción, lo que indica, según el autor, que a mayor grado de
educación recuerdan mejor la información brindada.
Al igual que los estudios de Guix, (11) Mortensen y
colaboradores,(12) que encontraron
que hubo menor comprensión por parte de los pacientes con menor grado de
instrucción, por lo cual el profesional debe incidir más en la resolución de
dudas e incentivo de preguntas en este tipo de pacientes y brindar la
explicación en términos sencillos para conseguir mejor comprensión del tema.
Otro estudio encontró una relación directa entre el grado de
escolaridad baja con la deficiencia de conocimiento del CI.(13)
Entre analfabetas el 67% desconocía qué es el CI, pues en personas con primaria,
38% no sabían del CI, mientras que pacientes con estudios hasta secundaria,
preparatoria y licenciatura, el 25, 15 y 14% no sabían acerca del CI, respectivamente.
Rodríguez Piñeiro (14) afirma que menos de la mitad de los
encuestados firman el CI por haberlo entendido, por lo que cabe deducir que
algunos profesionales de salud no están explicando adecuadamente a los
pacientes cuál es el verdadero propósito de este o bien que la información
aportada resulta insuficiente.
Por su parte, Iglesias Lepine (15) planteó que el 45,1% de
los profesionales sanitarios consideraron no tener suficiente información sobre
el CI. Y resalta como relevante que la cifra de encuestados que firmó el CI,
por haberlo entendido, sea casi la misma cantidad que los que lo han firmado
solo por obligación: 45,83 % / 41,67%, respectivamente.
En opinión de los autores, el profesional de salud debe ofrecer una
información de buena calidad. El médico tiene que comunicarse con sus pacientes
de la forma más sencilla y clara posible, lo cual posibilita la competencia de
los pacientes o familiares para decidir, independientemente de su nivel de
instrucción.
Se debe utilizar un lenguaje sencillo para que se entienda, ya que no
pocas veces el uso de "lo técnico" resulta demasiado confuso. Si es
necesario usar términos complejos, se debe expresar de otra forma, por lo que siempre
se recomienda explicarlos para que sean comprendidos adecuadamente.
Se sugiere invitar a todos los presentes en el proceso de CI a hacer
preguntas, con la idea de que la obtención del CI se hace en función del
paciente. Cuando se le advierte que la información y posterior decisión es por
su propio bien, este es más receptivo y en general coopera mejor con el
tratamiento.
El grado de satisfacción con la información recibida fue muy pobre, lo
que concuerda con otros estudios consultados; sin embargo, Rodríguez Piñeiro y
colaboradores (15) encontraron resultados diferentes, puesto que
el 79,17% estuvo satisfecho, el 18,33%, moderadamente satisfecho, y solamente
el 2,5% quedó poco satisfecho.
En el caso de Ruiz Moral y colaboradores (16) no
convinieron con estos resultados, pues encontraron que el 94% de pacientes de
atención primaria contestaron estar satisfechos con la toma de decisiones.
En sentido general se puede afirmar que el nivel de confianza con la
información ofrecida es bajo, lo cual puede estar relacionado con el hecho de
que en Cuba el nivel de información que se brinda al paciente es aún es
insuficiente, por lo cual es necesario profundizar y buscar los medios que
permitan que cada paciente tenga un mejor y más completo conocimiento de
aquellos aspectos referentes a la salud y del valor que tiene cada orientación
médica e inclusive el costo de los recursos que se ponen a su disposición, pero
en ocasiones se malgastan y pierden.(17)
El médico y la enfermera son los profesionales que por sus relaciones
de trabajo tienen una mayor y más directa influencia sobre el paciente y deben
reunir condiciones idóneas; ser individuos de integridad de principios, con
características morales intachables y capaces profesionalmente en cada situación
de hacer lo indicado para lograr la curación o recuperación de la salud del
paciente o, por el contrario, abordar las tareas de promoción y prevención de
salud. Esto permitirá una relación
médico-paciente de respeto y colaboración; las decisiones las propone el
médico, pero se realizan con la aprobación del paciente; se toman por el
médico, con el paciente y para el este.(18)
Esta mutua relación de respeto preservará la integridad de ambos y
reafirmará la justeza de los principios que defendemos en nuestra sociedad.
La vocación y calificación de cada profesional son fundamentales, pues
de ahí proviene su capacidad de diagnosticar, intervenir en los problemas de
salud e informar adecuadamente al paciente la decisión con respecto a su salud,
porque nuestros pacientes así lo necesitan y reclaman.(19)
En
cuanto al alcance del estudio, se considera que pudieran realizarse en todos
los servicios donde se brinde atención médica del país, para posteriormente
trazar estrategias de trabajo que permitan mejorar la calidad de la atención a
los enfermos y el nivel de satisfacción de la población.
Conclusiones
Los procesos del CI en la UCI del hospital Joaquín Albarrán Domínguez
se realizan de forma incorrecta, la información es insuficiente, no se explica ni aclaran las dudas por la totalidad
de los profesionales que brindan la información. Se evidencia recelo y
desconfianza por parte de los pacientes y/o familiares, que a la vez tienen
poca información sobre la salud de sus enfermos. No hubo un adecuado grado de
satisfacción con la toma de decisiones por parte de pacientes y/o familiares.
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Anexo 1
Test de
opinión y percepción de familiares y/o pacientes en los procedimientos del CI
del HDCQ Joaquín Albarán Domínguez.
Objetivo:
valorar el grado de conocimiento de los procedimientos para el CI en pacientes
y/o familiares y el nivel de satisfacción con la toma de decisiones.
Estimado
paciente/familiar: al contestar esta encuesta podrá dar a conocer su nivel de
conocimientos de los procedimientos para el Consentimiento Informado (CI).
El
objetivo que se persigue es elaborar una estrategia para el mejoramiento de
dicho proceder; es una encuesta anónima, por lo que se espera su sinceridad, a
la vez que se le agradece su
colaboración.
Indicación:
Marque con una equis (X) la respuesta que más se acerque a la suya.
Cuestionario
- Escolaridad
Primaria
__ Secundaria ___ Media ____ Universitaria __
- Motivo por el que firmó el CI
Vergüenza
por parecer ignorante_____
Presión
(familiar, social, laboral) _____
Conozco
qué es el CI _____
Obligación
para realizar procederes médicos ___
Entendí
la explicación____
- La solicitud del CI fue hecha por
Especialista de la UCP ___ Especialista de otros servicios___
Médico Residente ___ Otro ___Nadie ___
5. ¿Qué evaluación UD daría a la calidad
de la información recibida?
__Insuficiente,
deseo saber más ___ Aumentó mi
ansiedad ___Totalmente satisfecho
6. ¿Confía UD en la información
ofrecida?
____Confía
plenamente
____Cierto recelo
____Buscaría
una segunda opinión ____Cambiaria de
médico
____No
contestado
¿Desea
agregar algo más? _________________________________
Gracias
por su colaboración.
Conflicto
de intereses
El estudio no tiene conflicto de intereses y pertenece a una tarea del
proyecto doctoral de la autora principal.
Contribución
de autoría
AHR: diseño de investigación, recogida de datos, análisis de datos,
informe inicial y aprobación del informe final.
RIDF: recogida de datos, análisis de datos, informe inicial y
aprobación del informe final.
COMF: recogida de datos, análisis de datos, informe inicial y
aprobación del informe final.
RGV: análisis de datos, informe inicial y aprobación del informe
final.
TCR: análisis de datos, informe inicial y aprobación del informe
final.
DDG: análisis de datos, informe inicial y aprobación del informe
final.
Esta
obra está bajo una licencia
de Creative Commons Reconocimiento-
No Comercial 4.0 Internacional.
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