Punto
de Vista
La circunferencia abdominal. Su inestimable
valor en la Atención Primaria de Salud
Waist circumference values in Primary Health Care
MSc. Jorge B. Vega Abascal1*
MSc. Yamila Leyva Sicilia1
MSc. Rolando Teruel Ginés2
1 Policlínico
Docente José Ávila Serrano. Velasco. Holguín. Cuba.
2 Facultad
de Salud Pública. Carrera de Medicina. Escuela Superior Politécnica de
Chimborazo (ESPOCH). Ecuador.
Durante los últimos años, la
humanidad ha experimentado cambios drásticos en su entorno, comportamiento y estilo
de vida, los que provocan un incremento global alarmante de la incidencia de la
obesidad y la diabetes mellitus tipo 2.
La obesidad es uno de los problemas de salud pública más serios del
siglo XXI. Este trastorno comienza en la
infancia, se desarrolla en la edad adulta y origina múltiples problemas de salud.1 En los
Estados Unidos de América (USA), se predice un incremento del 35% en la
actualidad y de hasta el 50% para el año 2030.2 Un estudio en la
provincia de Holguín, Cuba muestra una prevalencia de la obesidad del 45,2% en los
adultos mayores.(3)
En la década del 80 del siglo
pasado, se introdujo el concepto de Índice de Masa Corporal (IMC) y se
delimitaron los puntos de corte para definir el sobrepeso y la obesidad, en
mujeres y hombres adultos.
Las cifras elevadas de IMC, se
asocian con perfiles de riesgo adversos de morbilidad y mortalidad; en especial
con la diabetes mellitus tipo 2 y la enfermedad cardiovascular(4) se
describen algunos subtipos de obesidad, que complementan la relación aparente
dosis-respuesta que existe entre el IMC y sus consecuencias para la salud.
Los casos clásicos corresponden
a la obesidad androide (abdominal o del tren superior) y la ginoide o
gluteofemoral (tren inferior).
Se ha observado la existencia de
un fenotipo correspondiente a individuos con peso normal, pero metabólicamente
obesos (en inglés, metabolically obese normal-weight [MONW]); es decir,
tienen un IMC normal, no obstante presentar las alteraciones metabólicas de los
pacientes obesos, como resistencia a la insulina, adiposidad central, bajas
cifras de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), altas
concentraciones de triglicéridos e hipertensión arterial.
Al mismo tiempo, existen los que
se han denominado obesos metabólicamente sanos (metabollically healthy obese
[MHO]), que tienen un IMC ≥ 30 sin las alteraciones metabólicas típicas de los
individuos obesos.
La grasa abdominal puede ser un
problema, porque el exceso de peso en la zona media del cuerpo aumenta el
riesgo de muerte prematura, incluso para las personas que se considera que tienen
un peso normal, debido a que el tejido adiposo, ya no se considera un órgano de
almacenamiento de los ácidos grasos, sino que desempeña un rol importante en el
metabolismo de los lípidos y la glucosa, donde son liberadas numerosas hormonas y
citoquinas pro- inflamatorias de los adipocitos. (5)
La cantidad de tejido adiposo
visceral se correlaciona de manera directa, tanto en mujeres como en hombres,
con un perfil de riesgo metabólico gravemente alterado; por lo que, aunque la
obesidad general incrementa el riesgo de enfermedades crónicas parece claro que
los pacientes con obesidad visceral forman el subgrupo de individuos con las
alteraciones más graves del metabolismo. De esta forma queda demostrado que la
acumulación regional de grasa en los depósitos viscerales es un factor
predictivo de riesgo cardiovascular más fiable que la cantidad total de grasa
corporal.
Los adultos con un peso normal y
grasa abdominal adicional tienen una menor
supervivencia a largo plazo, independientemente del IMC, pues es posible
que no sean obesas, según IMC, pero son portadores de una obesidad abdominal
con todas sus consecuencias negativas. Este índice tampoco evalúa adecuadamente
la obesidad en personas con desarrollo
de la masa muscular como los atletas o adultos mayores con sarcopenia.
Los trastornos metabólicos que
acompañan a la obesidad abdominal se vinculan con la resistencia a la insulina,
la cual incrementa la llegada de ácidos grasos al hígado desde la grasa
abdominal y aumenta la síntesis de triglicéridos en este órgano. Como
consecuencia, se produce esteatosis hepática y se eleva la liberación sanguínea
de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Estas VLDL, ricas en
triglicéridos, producen hipertrigliceridemia.
La hipertrigliceridemia se nutre de la baja actividad de la
lipoproteína lipasa, enzima endotelial que degrada a las VLDL y los
quilomicrones. Este aumento de triglicéridos en sangre repercute en otras
lipoproteínas y aumenta las lipoproteínas de baja densidad (LDL) pequeñas y
densas, además de producir una disminución de las HDL. Esta tríada dislipidemia
aterogénica, asociada a un estado proinflamatorio y protrombótico, aumenta el
riesgo cardiovascular de los pacientes afectados.
Para determinar la
circunferencia abdominal o de la cintura, también conocida como perímetro de
cintura, se toma la intercepción de la línea axilar media y el borde superior
de la cresta ilíaca, con la cinta métrica perpendicular al eje longitudinal del
cuerpo y la persona de pie. Se considera obesidad abdominal cuando la
circunferencia de cintura es ≥102 cm para los hombres, y ≥ 88 cm para las
mujeres.
Para evaluar el grado de
adiposidad abdominal también existe el índice de conicidad, el índice cintura-cadera,
donde se toma en cuenta la adiposidad total, y el índice cintura-altura con distribución
de la medida de la grasa corporal; todos de inestimable valor en la
identificación de los pacientes con un mayor riesgo de enfermedad
cardiovascular y diabetes mellitus. La medición de la circunferencia abdominal
permite diagnosticar la obesidad abdominal y realizar acciones de prevención y
tratamiento con mejores resultados, pues se maximizan los beneficios y se minimizan
los daños.
Los profesionales de la Atención
Primaria de Salud deben observar más allá del IMC, el cual es un buen comienzo,
pero no es suficiente en el contexto actual.
Referencias Bibliográficas
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Soca PE, Sarmiento Teruel Y, Mariño Soler AL, Llorente Columbié Y, Rodríguez
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global. CCM. 2017 [citado 7 abr 2017];
21(1): 70-86. Disponible en: http://scieloprueba.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1560-43812017000100007&lng=es
Recibido: 13/07/2018.
Aprobado: 03/10/2018.
*Autor para la correspondencia:
Correo electrónico: vegabascalhlg@infomed.sld.cu
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