Artículo de
Revisión
Papel del antígeno prostático específico
en el cribado masivo o individual
Prostate-specific antigen role in mass or individual screening
Dr. Jorge Luis Sagué Larrea1*
Dra. Silvia Proaño Lucero1
MSc. Zulma Doimeadiós Rodríguez1
1Facultad de Salud Pública. Carrera de Medicina. Escuela Superior
Politécnica de Chimborazo (ESPOCH). Ecuador.
*Autor para la correspondencia. Correo electrónico: saguej@yahoo.com
RESUMEN
El cribado del cáncer prostático con el antígeno prostático específico
(PSA) ha sido empleado durante largos años. Sin embargo, en la actualidad muchos
estudios aleatorios
(randomizados) ponen en duda su utilidad. Se valora la historia del PSA como método de diagnóstico precoz del cáncer de próstata y su
papel actual en el cribado, para lo cual se revisaron ensayos clínicos y meta-análisis
a nivel mundial. La búsqueda bibliográfica fue realizada principalmente
en Medline. Los ensayos European Randomised 55 Study of Screening
for Prostate Cancer (ERSPC)
y los de Gothenburg han mostrado una ligera disminución de la mortalidad en
el grupo de 55 a 69 años de edad, durante 13 años de seguimiento. Los otros
ensayos aún nos hacen dudar acerca de los beneficios de la detección precoz, al
tener en cuenta: los daños en la calidad de vida, los riesgos del
sobrediagnóstico y las complicaciones del tratamiento.
Palabras clave: antígeno prostático específico, PSA, cáncer de próstata, cribado.
ABSTRACT
Screening for prostate cancer with prostate-specific antigen (PSA)
has been used for many years. Nevertheless in present times, many randomized
trials call into question its usefulness.
In this work, we have evaluated the history of PSA, as a method of
diagnosis in prostate cancer and its role in screening at this time. For this,
we have made a worldwide review about the main opinions, clinical trials and
meta-analysis, related to the current value of the screening for prostate
cancer early detection. The bibliographic search was done main in Medline (ERSPC)
as well as those of Gothenburg, which have shown a slight decrease in mortality
from 55 to 69 age groups, during their 13 years follow-up. Other trials about
the benefits of early detection are still in doubt; taking into account quality
of life damage, overdiagnosis risks and treatment complications.
Keywords: prostate-specific
antigen, PSA, prostate cancer, screening.
Recibido: 12/12/2017.
Aprobado: 16/11/2018.
Introducción
El antígeno prostático específico (PSA,
por sus siglas en inglés) data desde mediados de 1980.Se considera, desde
entonces, el biomarcador más utilizado para medir el riesgo presente y futuro
de desarrollar cáncer de próstata, para su detección temprana, su respuesta a
tratamientos y la recidiva en todos los estadios de la enfermedad.(1)
Luego de su descubrimiento, este antígeno se ha generalizado como indicador
para el cribado poblacional del cáncer de próstata en las consultas médicas.(2) La
detección precoz del cáncer es el objetivo básico en el cribado, para lo que se
establece como criterio que: el tratamiento en estado presintomático disminuye
mucho más la morbimortalidad que el tratamiento, en estado sintomático.(3)
Desde 1990, el PSA quedó establecido
como marcador y se utilizó el corte de 4 ng/ml como probabilidad para
establecer los pacientes que serían candidatos a biopsia, con el rango de 4-10
ng/ml como zona gris, pero aún en nuestros días los pacientes con cifras
mayores de 10 ng/ml se asocian frecuentemente con tumores prostáticos.(4)
Desarrollo
En 1960, Rubin Flocks, en
estudios inmunológicos realizados sobre la próstata, descubrió la presencia del
PSA. Otros investigadores, como Hara y Ablin, identificaron en el fluido
prostático a este antígeno, pero sin caracterizarlo. La tecnología de aquellos
tiempos impedía mayores avances en el perfeccionamiento molecular; aunque
paulatinamente, los investigadores Li
y Beling, junto a Sensabaugh, se aproximaron al actual PSA.(5)
En 1979, el profesor T Ming Chu (6)
publicó sus resultados y posteriormente recibió la patente por el
descubrimiento e identificación del “antígeno purificado de próstata humana”.
El PSA se encontraba en otros tejidos
y fluidos, por lo que no era específico de la próstata. Le siguieron múltiples
estudios (Papsidero y Stamey), los que
esparcieron la indicación del PSA.5 En
1991, Catalona lo empleó como
marcador para cáncer de próstata. La Food
and Drug Administration (FDA),
de Estados Unidos, en 1994, lo aprobó para su diagnóstico.
El PSA se sintetiza en el
epitelio de la glándula prostática y se encuentra normalmente en el semenm pero
no es más que una proteasa de serina, que sirve para separar y licuar el
coágulo seminal que se forma tras la eyaculación.(7) En los varones
saludables existe una cantidad mínima de
PSA circulando en el suero.
El PSA se ha relacionado con
múltiples factores que le pueden provocar modificaciones, como volumen,
procesos inflamatorios, actividad física, edad, tratamientos, exploraciones o
variaciones en el propio test. La relativa baja especificidad del PSA abre las puertas al estudio de
diversas formas moleculares para mejorar su exactitud: densidad del PSA de la zona de transición, PSA libre, PSA complejo, PSA
específicos de la edad, velocidad del PSA
y tiempo de doblamiento del PSA, Pro-PSA y PSA, en combinación con otros biomarcadores de proteínas.(8,9)
Sin embargo, el PSA como
marcador tumoral presenta los siguientes problemas: la medición del PSA es una prueba poco sensible (la
sensibilidad estimada de un corte de PSA
de 4,0 ng/ml fue del 21% para detectar cualquier cáncer de próstata) y tiene
una capacidad discriminatoria más baja en los hombres con hiperplasia
prostática benigna sintomática.
En estos casos, la edad y el mayor volumen prostático pueden explicar
niveles altos de PSA, sin que haya
presencia de un cáncer de próstata, ya que dadas las circunstancias, los
valores normales de PSA pueden alterarse discretamente y crear situaciones de
falsa alarma.(10)
Se han consultado 6 sumarios de evidencia a partir de ensayos clínicos,
meta-análisis y/o revisiones sistemáticas y guías de práctica clínica, todos relacionados
con el cribado en el cáncer prostático. La consulta de la fuente bibliográfica
se hizo a partir de Medline. El
período estuvo comprendido desde el año 2012 hasta el 2014. Se confeccionó una
tabla para analizar los resultados (tabla I).
Tabla I. Investigaciones sobre exámenes selectivos de detección de cáncer de
próstata
Estudios |
Año |
Estudios |
Observaciones |
Europea n Randomised
Study of Screening for Prostate Cancer(ERSPC) |
2014 |
Ensayo clínico |
Disminución
mortalidad en
20% en 9 años de seguimiento y 44% a los 14 años |
The Prostate, Lung,
Colorectal and Ovarian Cancer ScreeningTrial (PLCO) |
2012 |
Ensayo clínico |
No
diferencia estadística significativa
entre grupos con cribaje |
Preventive Services
Task Force (USPSTF) |
2012 |
Guías práctica clínica
Análisis |
No recomienda el
cribado |
National
Comprehensive Cancer Network (NCCN) |
2012 |
Guías práctica Clínica Análisis |
No recomienda el
cribado |
Cochrane Library |
2010 |
Metaanálisis y/o revisiones sistemáticas |
No apoya el cribado |
Gothenburg Group
(ERSPC) |
2010 |
Ensayo clínico |
Igual
hallazgo que estudios
ERSPC |
El cáncer de próstata tiene una prevalencia alta, por lo que el PSA es de inestimable valor, a la vez
que resulta importante su utilidad clínica y la valoración del costo, que debe
ser sostenible. El PSA empleado como
método de despistaje sistemático representa un gran desafío para ser validado
en este sentido.(11,12,13,14)
Con el objetivo de aclarar las discrepancias sobre la utilidad del cribado,
se han efectuado numerosos estudios, por lo cual hemos escogidos los
principales con menos defectos metodológicos en su concepción.(15,16,17,18,19)
Múltiples factores pueden influir en el resultado de estos grandes
estudios. Las diferencias entre estos muestran si existe una mejoría en la
mortalidad específica de los pacientes sometidos a control con PSA, sobre aquellos que no han sido
controlados. Algunos de los sesgos pueden venir de la propia selección, el
adelanto a un diagnóstico o el fenómeno de alargar el diagnóstico previo y, por
lo tanto, definir la mejoría.
En muchos de los casos el límite del PSA
ha sido otro de los factores cambiantes, menor de 4 mayor o igual a 4,
pacientes perdidos, frecuencia de revisiones y técnicas de biopsia. Muchos de
estos factores pueden alterar los resultados y provocar una contaminación
directa o indirecta; 20 si bien han sido desarrollados para
asumir un nivel de hasta el 20% de contaminación.(21)
En todo caso, alguno de los datos recogidos del desarrollo en la actualidad
del screening del The Prostate,
Lung, Colorectal, and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial, pueden ser
preocupantes, pues el volumen de sobrediagnóstico se estima entre el 29% al
44%, valores ciertamente preocupantes.(22)
Mientras que la detección de un cáncer de próstata aumenta en 1 por cada 11
a 1 por cada 6 individuos, el riesgo de muerte por cáncer de próstata se ha
mantenido alrededor de 1 por cada 34, tras la llegada de la prueba de PSA. Sin embargo, la prostatectomía
radical y las terapias de radiación pueden conducir a complicaciones
inmediatas: la mortalidad quirúrgica es aproximadamente del 0,5% al 1,1 %. La
prostatectomía radical puede disminuir sustancialmente la función sexual hasta
del 20% al 70% de los hombres y conducir a problemas urinarios del 15% al 50%.(23)
La radioterapia ha causado disfunción eréctil del 20% a 45% de los hombres
con función eréctil previamente normal; incontinencia urinaria del 2% a 16% de los
hombres, previamente continentes; y disfunción intestinal del 6% al 25% de los
hombres con intestino normal.(24)
Actualmente, los ensayos clínicos son insuficientes para resolver esta
cuestión, aunque en la European
Randomised Study of Screening for Prostate Cancer (ERSPC) (15)
se encontró inicialmente un beneficio en la supervivencia con el cribado solo
en el grupo de varones de 55 a 69 años. Si bien la detección del cáncer de
próstata con PSA puede reducir la
mortalidad por cáncer de próstata,(25) la reducción absoluta
del riesgo es muy pequeña.
Sigue
existiendo la duda de si los beneficios de la detección precoz no estén
compensados por los posibles daños en la calidad de vida, incluyendo los
riesgos del sobrediagnóstico y las complicaciones del tratamiento.(26) En los momentos actuales,
resulta fundamental que el paciente participe en la toma de decisiones,(27-28) por
lo que los hombres candidatos potenciales al cribado deben ser capaces de
decidir, previamente informados.
Como consecuencia de los anteriores estudios, algunas sugerencias son: los
varones con una esperanza de vida inferior a los 10 años no se beneficiarán de
la detección del cáncer. Al comenzar las deliberaciones en hombres con promedio
de edad de 50 años (grado 2B), y en hombres con alto riesgo de cáncer de
próstata de 40 a 45 años; incluyendo a los hombres de raza negra, hombres con
antecedentes familiares de cáncer de próstata (particularmente en parientes
menores de 65 años) y aquellos hombres a los que se conoce o probablemente
tienen BRCA1 o mutaciones BRCA2 (grado 2C).
Descartar el examen rectal digital (TR) como parte del examen (grado 2C).
La interrupción de la detección a los 65 años puede ser apropiada, si el nivel
de PSA es inferior a 1,0 ng/ml. Los
hombres con un examen rectal digital (TR) anormal —si se realiza— o con un
nivel de PSA superior a 7 ng/ml
deberían ser sometidos directamente a una biopsia transrectal. Los
hombres con un nivel entre 4 ng/mL y 7ng/ ml deben repetir la medición varias
semanas más tarde (grado 2C) y los que tengan biopsias negativas extensas deben
ser tratados de manera similar a quienes no han sido previamente sometidos al
cribado (grado 2C).
En septiembre de 2010, los mismos autores publican en el BMJ la revisión
“Screening for prostate cancer: systematic review and meta-analysis of
randomised controlled trials”, cuya conclusión fue que no se encontró un
impacto significativo de la detección del cáncer de próstata en la mortalidad
global o la muerte por cáncer de próstata.(29)
Sus hallazgos sugieren que, el cribado conduce a un aumento en el
diagnóstico de cáncer de próstata en estadio temprano; el que no parece
traducirse en un beneficio en la supervivencia global y supervivencia
específica para el cáncer de próstata. (11)
El hallazgo de que un aumento de la tasa de diagnóstico no se traduce en
mejores tasas de mortalidad global y específica de la enfermedad; sino que es
probablemente multifactorial, y se relaciona en parte con el curso natural
prolongado y relativamente lento en muchos pacientes; particularmente en aquellos
con cáncer de próstata de un grado bajo.(30) Los estudios
anteriores tienen puntos comunes con el hecho de que el cribado de cáncer
prostático con PSA aumenta el número
de hombres diagnosticados con esta patología; pero no reduce la mortalidad
específica del cáncer de próstata de forma significativa.
Conclusiones
1. Aunque la detección del cáncer de próstata con PSA puede reducir su mortalidad, la reducción absoluta del riesgo
es muy pequeña. Sigue existiendo la duda de
si los beneficios de la detección precoz no están compensados por los posibles
daños en la calidad de vida, incluyendo los riesgos del sobrediagnóstico y las
complicaciones del tratamiento.
2. Se sugiere que las discusiones en hombres con alto riesgo de cáncer de
próstata comiencen desde los 40 a 45 años; incluyendo a los hombres de raza
negra, hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata (particularmente
en parientes menores de 65 años), y hombres en los que se conoce o
probablemente tienen BRCA1 o
mutaciones BRCA2 (g rado
2C).
3. No se debe recomendar el cribado del cáncer de próstata en varones
asintomáticos, a partir de los 50 años. No obstante, en aquellos pacientes que
presenten especial interés o pertenezcan a grupos de riesgo, existe una recomendación
clara en la participación del paciente en la toma de decisiones compartidas.
4. Un país con pobres recursos económicos debe ser muy cuidadoso al escoger
un screening de cáncer de próstata, para aplicarlo a su población, en grandes
proporciones.
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