Artículo de revisión
Las primeras mujeres farmacéuticas en Holguín
The first women pharmacists in Holguín
Ana Leonor González Sánchez 1 https://orcid.org/0000-0001-5306-6570
Ana Laura Rodríguez González 1 https://orcid.org/0009-0004-3832-5692
Xiomara Rodríguez Ávila 1 https://orcid.org/0000-0003-0241-0241
1 Universidad de Holguín.
2 Universidad de Ciencias Médicas de Holguín. Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas de Holguín.Cuba.
Autor para correspondencia: prlozada@infomed.sld.cu
RESUMEN
Introducción: La participación de las mujeres en la vida pública de la ciudad de Holguín se inició en el siglo XIX e incluyó a las mujeres farmacéuticas; lo que después comenzó en el siglo XVIII en la capital del país. La presencia de la mujer en el desarrollo de las farmacias en Holguín y su arista comercial, son desconocidos para los holguineros de hoy.
Objetivo: Describir el comienzo de las mujeres como farmacéuticas en Holguín.
Método: Se realizó una investigación descriptiva, longitudinal y con enfoque mixto sobre el proceso de incorporación de la mujer farmacéutica en Holguín. Se accedió a las bases de datos SciELO, Pubmed, Internet Archives, Redalic y Latindex y se encontraron 31 artículos relacionados.
Resultados: La participación de la mujer en la actividad farmacéutica se remonta al siglo XVIII, en la capital del país, donde se concentraba la mayor cantidad de médicos y camas hospitalarias. En las zonas rurales, prácticamente no existía atención médica y se dependía de farmacias ubicadas en las ciudades más pobladas.
Conclusiones: La primera mujer farmacéutica de Holguín fue María Mercedes Sirvén Pérez Puelles, que participó en la guerra de 1895 y estableció farmacias en Las Tunas, Gibara y Holguín. Juana Núñez Jaen, fundó su propia farmacia y ejerció la profesión en Cayo Mambí, Sagua de Tánamo. Ambas se graduaron en la Universidad de La Habana.
Palabras clave: mujeres farmacéuticas, establecimientos comerciales, historia de la farmacia
ABSTRACT
Introduction: Women's participation in public life in the city of Holguín began in the 19th century and included women pharmacists; this would later begin in the 18th at the country's capital. The presence of women in the development of pharmacies in Holguín and its commercial aspect are unknown to its residents today.
Objective: To describe the beginning of women as pharmacists in Holguín.
Method: A descriptive, longitudinal, mixed-approach study on the incorporation of women pharmacists in Holguín was conducted. A search was done in the databases SciELO, Pubmed, Internet Archives, Redalic and Latindex, where 31 related articles were found.
Results: Women's participation in the pharmaceutical industry dates back to the 18th century in the country's capital, where the largest number of doctors and hospital beds were located. In rural areas, medical care was virtually nonexistent and women relied on pharmacies located in the most populated cities.
Conclusions: The first female pharmacist in Holguín was María Mercedes Sirvén Pérez Puelles, who participated in the 1895 war and established pharmacies in Las Tunas, Gibara and Holguín. Juana Núñez Jaen founded her own pharmacy and practiced in Cayo Mambí, Sagua de Tánamo. Both graduated from the University of Havana.
Keywords: women pharmacists, commercial establishments, history of pharmacy
Recibido: 10/02/2025.
Aprobado: 10/07/2025.
Editor: Yasnay Jorge Saínz.
Aprobado por: Silvio Emilio Niño Escofet.
Introducción
En la ciudad de Holguín, de forma similar a otras partes de Cuba, la elaboración y la venta de medicamentos comenzó con la preparación de formulaciones por curanderos y espiritistas. Algunas mujeres trabajaron en esa actividad, que, por su carácter empírico, no requería formación académica. Los locales donde se efectuaba la venta, compartían su función con la venta de otros productos.
Sin embargo, de forma similar al resto del mundo, antes de que quedaran regulados la formación de boticarios y el ejercicio de la actividad farmacéutica en Cuba, la elaboración y dispensación de remedios y preparados medicinales estuvo en manos de curanderos y espiritistas. Como eran habilidades adquiridas empíricamente y trasmitidas de una generación a otra, algunas mujeres también desempeñaron tales actividades.
En Cuba, la historia de la farmacia como local de venta de medicamentos comenzó en el siglo XVIII, cuando en 1772 Fray Gerónimo de la Concepción, religioso del Colegio Belemita, "pone botica para vender el sobrante de las medicinas, después de resuelto el mejor servicio del hospital, cuyo administrador era el farmacéutico don Miguel Benítez de Lugo", según se reseña en las Crónicas, de Emilio Bacardí.(1)
Durante toda la época colonial las boticas mantuvieron su carácter plural, es decir, el expendio de todo tipo de productos; no fue hasta en la última década del siglo XIX que dejaron de ser establecimientos mercantiles de amplio surtido no vinculado con la salud de la población. También se mantuvo hasta bien entrado el mencionado siglo, el intrusismo profesional, amparado por las prácticas curanderiles, el desconocimiento de los habitantes y la escasa cantidad de farmacias que existían en todo el Departamento Oriental.(2)
La mujer cubana estuvo presente en el proceso revolucionario desde los inicios de la Guerra de los Diez Años hasta el triunfo definitivo el 1 de enero de 1959. Los enfoques historiográficos han estado dirigidos a profundizar en la vida de mujeres como Ana Betancourt, Amalia Simoni, Mariana Grajales o la capitana Gabriela Azcuy, paradigmas de la Revolución del 68 y así sucesivamente en mujeres que aportaron a lo largo de toda la historia insular su energía, su inteligencia y su valor hasta llegar a las heroínas Celia Sánchez, Haydee Santamaría y Melba Hernández; pero se carece de la existencia de estudios detallados sobre la participación del género femenino en otras aristas de la sociedad, como pueden ser los estudios universitarios en farmacia y la consiguiente puesta en marcha del giro comercial del mismo nombre.
Se conoce, además, que estuvieron presentes en la lucha por sus derechos y reivindicaciones, así, por ejemplo, Julio Cesar González dedica uno de sus libros al desarrollo del movimiento feminista en Cuba y la historiadora Raquel Vinat de la Mata trata el tema de la educación femenina en la época de la colonia, además de la incorporación al empleo de la mujer en los primeros años de la república. Sin embargo, su presencia en otras esferas de la sociedad es muy limitada.(1)
La revisión de la literatura sobre el tema reveló que las primeras mujeres que ejercieron farmacia en Cuba no eran graduadas de la Universidad de la Habana, sino que procedían del Colegio de farmacia de Nueva York, correspondiente a finales del siglo XIX.(3) El objetivo de la presente investigación consiste en describir el comienzo de las mujeres farmacéuticas en Holguín.
Método
Se realizó una investigación descriptiva, longitudinal, de tipo cualitativa sobre el proceso de incorporación de la mujer farmacéutica en Holguín, para lo cual se accedió a las bases de datos SciELO, Pubmed, Internet Archives, Redalic y Latindex. Se encontraron 31 artículos relacionados, que luego de descartar los duplicados y los que no guardaron suficiente relación con la investigación, se elaboró una base de datos en Zotero con 13 artículos y documentos históricos.
Desarrollo
La apertura de una farmacia requería de una licencia, que se otorgaba a aquellos profesionales que estaban avalados por estudios realizados en instituciones aceptadas a tal fin. El estudio de Farmacia existió en la Universidad de La Habana como una disciplina aislada en el año 1863. (4)
Con posterioridad, se abrió la Facultad de Farmacia, con la participación del profesor Dr. Fernando Valdés Aguirre, que fue sustituido por el Dr. Francisco Lastre Juiz, quien la atendió hasta 1900. A partir de este momento se aplicaría el Plan Varona, en el que se fusionaron las Facultades de Medicina y Farmacia.
El 8 de enero de 1937, se restableció el plan de estudios de cuatro años y la Facultad de Farmacia, de forma que en el año 1939 el Dr. José Capote Díaz comenzó a impartir la asignatura “Legislación, Deontología e Historia de la Farmacia”.(4)
Los primeros 50 años del siglo XX en Cuba se caracterizaron por la penetración de patentes, medicamentos y laboratorios de origen norteamericano, esto provocó que de pocas farmacias que existían en toda la isla, se aumentaron a 1,707 en el año 1951, de las cuales solo La Habana tenía 604.(4)
La primera mujer farmacéutica de Holguín fue María Mercedes Sirvén Pérez Puelles, también la única mujer farmacéutica en la Revolución de 1895. Fue considerada una patricia cubana pese a haber nacido incidentalmente en Bucaramanga, en los entonces Estados Unidos Colombianos (a donde emigraron sus padres, cubanos e ilustres revolucionarios, para huir de las persecuciones de las que eran objeto por sus actividades independentistas).(5)
María Mercedes se graduó de Licenciada en Farmacia el 7 de agosto de 1895, en la Universidad de La Habana. Después de recibir su título se dirigió a Holguín, ciudad que radicaba su hermano el doctor Faustino Sirvén el que, recién casado y junto a su esposa, había decidido incorporarse a la guerra para combatir por la libertad de Cuba. María se incorporó con su hermano a la guerra el 5 de octubre de 1896, lo que fue reconocido por el Jefe de Sanidad Militar del Ejército Libertador, doctor Sánchez Agramonte, quien agradeció el valioso aporte profesional que significaba para las fuerzas insurrectas la incorporación de los hermanos, así como la gran cantidad de medicinas que llevaron procedentes de La Habana.(3,4)
Los medicamentos que llevó a la manigua fueron trasladados y distribuidos a los campamentos y los hospitales según solicitudes de los médicos, quienes por orden de ella debían ir personalmente a buscarlos. La alta utilización de la quinina contra el paludismo, que atacó a los combatientes del Ejército Libertador y a los campesinos, provocó que se agotara de forma rápida, lo que obligó a Mercedes a aplicar las experiencias del propio campesinado en el empleo de las plantas medicinales.(3)
Con la aplicación de los conocimientos adquiridos en la Universidad, logró obtener un extracto de hierbas silvestres, con el cual preparó unas píldoras de efecto semejante a la quinina, de buenos resultados. Muchas veces administró los medicamentos y cuidó a los enfermos, cuando los médicos se encontraban en labores de campaña. También curó a los heridos bajo el fuego enemigo y preparó las fórmulas medicinales durante la noche.(3)
Mercedes fue nombrada Capitana de Sanidad en el Rancho de Palmarito, al sur de Las Tunas, lugar en el que también quedó establecida su farmacia revolucionaria. En 1897 fue ascendida a comandante, grado que ostentó hasta el término de la contienda en 1898 durante la cual expuso su valiosa vida en varias ocasiones. Al finalizar la guerra en 1898, dirigió la farmacia del Hospital Civil de Holguín hasta que abrió su propio establecimiento en Gibara en 1902. Posteriormente abrió otra farmacia en Holguín. Murió en La Habana, en la madrugada de 25 de mayo de 1948.(3)
En la tercera década del siglo XX, aumentó de forma considerable el número de farmacias dirigidas por mujeres en Holguín, las que se elevaron a 16 entre 1940 y 1952, de un total de 39. Entre las que ya ofrecían sus servicios en 1943 se encontraba la farmacia propiedad de Juana Núñez Jaen, graduada de la Universidad de La Habana en 1922 y natural de Santiago de Cuba, la cual estableció su farmacia y ejerció la profesión en Cayo Mambí, Sagua de Tánamo. Fue miembro del Colegio de Farmacéuticos.(6)
Santiago de Cuba evolucionó desde el surgimiento de las primeras farmacias al estilo colonial, hasta un desarrollo superior de estas vinculadas con los servicios de dispensario, patentes de medicamentos, atención a domicilio y horario de guardias nocturnas, organizadas para la atención de urgencias. Esto contribuyó a elevar el prestigio de los profesionales vinculados al Colegio de Farmacéuticos de la ciudad. Se destacó en la primera mitad del siglo XX la incorporación de las mujeres farmacéuticas a las actividades de dirección.(6)
La carrera de Farmacia en este periodo solo se impartía en la Universidad de La Habana y constaba de un plan de estudio que no respondía a corrientes avanzadas de otras áreas de la propia Universidad. Estaba orientado fundamentalmente a la farmacia dispensarial, lo que hacía que el profesional farmacéutico se vinculaba de forma fundamental a intereses comerciales.(7)
Las farmacias hospitalarias tampoco tuvieron un papel científico protagonista, con funciones de compra, almacenamiento, conservación y distribución de medicamentos a los diferentes servicios de la institución.(7)
En un análisis comparativo con otras regiones de Iberoamérica, se puede constatar que la situación de la mujer era similar e incluso peor para la posibilidad de acceder a estudios universitarios y luego ejercer.(2)
En España, el estudio de carreras universitarias por parte de las mujeres en general, y más en particular de licenciaturas de tipo científico, no era algo predominante. Hasta el año 1910, la mujer tenía prohibido su acceso a la universidad, salvo con algunos permisos especiales expedidos por el Rey.(8)
En México existió controversia entre si las mujeres debían estudiar la carrera de farmacia directamente o pasar por una preparatoria. En 1889, José Donaciano Morales propuso aceptar mujeres en la carrera de farmacia, con el fin de contar con suficiente personal científico que reemplazara a los malos dependientes de boticas. Un aspecto positivo de la propuesta, según el mismo profesor, era que las mujeres contarían con el mismo conocimiento que un hombre; pero probablemente exigirían menor remuneración por su trabajo. Como prerrequisito para ingresar a la carrera, las aspirantes debían cursar los estudios preparatorios en la Escuela Normal de Profesoras y presentar un examen de química en la misma escuela o en la Escuela Nacional Preparatoria.(2)
Con la llegada de la República en Cuba, la mujer que había participado activamente junto a su esposo en la lucha independentista, regresó al recogimiento del hogar, de forma que la realización personal femenina era alcanzar el único proyecto de vida asignado a ellas: consagrarse a la misión de esposa – madre, si casadas, y de principal agente tutelar de su célula familiar, si soltera, que en la paz la domesticidad femenina sería una obra social regeneradora. (9)
Los factores políticos sociales que influyeron en el auge de la mujer como propietaria de negocios y en especial de farmacia están relacionados con la gestación de un movimiento feminista a nivel nacional, tal como expone Julio César González “otro acontecimiento trascendental sucedería el 1ro de marzo de 1918, cuando un grupo de ellas se integró para formar la organización más importante del feminismo nacional: El Club Femenino de Cuba, que se dio a conocer, oficialmente, el 3 de julio de 1918, en una sesión pública en la Academia de Ciencias, que tuvo como oradora a Dulce María Marrero”. (10)
El 1ro de julio de 1940 entró en vigor una nueva Constitución en la cual el movimiento feminista obtuvo importantes reivindicaciones. En el artículo 43 de la Constitución se legalizó el derecho de la mujer casada a la vida civil sin que necesitase la licencia o autorización marital para regir sus bienes, ejercer libremente el comercio, la industria, profesión o arte y disponer del producto de su trabajo. (11)
En España ocurrió de forma similar, las primeras mujeres licenciadas en farmacias tuvieron dificultades para montar sus farmacias. Nuñez Váldes narra la biografía de una de las primeras mujeres farmacéuticas, Zoe Rosinar, quien para graduarse tuvo que mudarse de Barcelona a Madrid y se licenció en 1919; pero hasta el 1932 no tuvo su propia farmacia. En 1932 fundó la que sería su primera farmacia en Albalate del Arzobispo (Teruel), negocio que regentó durante más de 40 años hasta su fallecimiento en 1973. (12)
Las farmacias declaradas establecimientos comerciales se registraban en el registro mercantil de forma similar a otros países de América. En Guatemala: las droguerías, farmacias y regentes, deben inscribirse como todo negocio en el Registro Mercantil, además de una licencia sanitaria para lo cual el local debe reunir ciertos requisitos de espacio y presentación para la venta. (13) El aporte científico de esta investigación consiste en describir el comienzo de la participación de la mujer farmacéutica en Holguín, lo que está poco referenciado en la literatura.
Conclusiones
Referencias bibliográficas
1. Bacardí Moreau E, Barrera y García MA. Crónicas de Santiago de Cuba. Tomo I. Santiago de Cuba: Arroyo Hermanos; 1923-1925. [citado 14/06/2025]. Disponible en:
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2. Martínez S, Aceves P, Morales A. Esther Luque Muñoz: primera farmacéutica de la Escuela Nacional de Medicina. Rev Univer Nacional Autónoma México. 2005 [citado 09/05/2025];36(4):20-27. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=57936404
3. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Las primeras cubanas graduadas de Farmacia. Rev Cubana Farm. 2012 [citado 02/08/2024];46(1):117-126. Disponible en:
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4. Rangel Rivero A. Notas sobre la Farmacia cubana (1492-1950). Asclepio. 1991 [citado 21/07 2025];43(2):101-115. Disponible en:
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5. Marchante Castellanos P, Merchán González F. Estudiantes y graduados de Farmacia en la Real Universidad de La Habana en el período 1880-1898: Las primeras farmacéuticas cubanas. Rev Cubana Farm. 2010[citado 21/07/2025];44(1):111-124. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75152010000100013&lng=es
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8. Núñez Valdés J, Venegas Fito CJ, Ramos Carrillo A. La primera mujer farmacéutica andaluza. Ars Pharm. 2019 [citado 21/07/2025];60(3):147-151. Disponible en:
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9. Vinat de la Mata R. Situación de la Mujer en Cuba durante el primer gobierno republicano (1902-1906). La Habana: Instituto de Historia de Cuba; 2008.
10. González Pagés JC. En busca de un espacio: Historia de mujeres en Cuba. La Habana: Ciencias Sociales;2003.
11. Pichardo H. Documentos para la Historia de Cuba. La Habana: Ciencias Sociales; 1973.
12. Núñez Valdés J, Alonso Álvarez Rementería A, Arroyo Castilleja MJ. Primeras mujeres licenciadas en farmacia en España.2014[citado 09/07/2025]. Disponible en: https://idus.us.es/items/cf1e42d8-825e-46d8-8fba-e9651dca75ed
13. Salazar Hernández AF.Historia de la industria farmaceútica[Tesis].[Guatemala]:Universidad de San Carlos de Guatemala; 2009.88p. Disponible en:
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/07/07_2017.pdf
Conflicto de intereses
No hay.
Contribución de autoría
Ana Leonor González Sánchez: análisis formal, adquisición de fondos, investigación, metodología, administración del proyecto.
Ana Laura Rodríguez González: software, supervisión, validación, visualización, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.
Armando Salvador Rosabal Escobar: análisis formal, adquisición de fondos, investigación, metodología, administración del proyecto, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.
Pedro Rafael Martínez Lozada: análisis formal, investigación, metodología, administración del proyecto, validación, visualización, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.
Xiomara Rodrígues Ávila: visualización, redacción – borrador original, redacción – revisión y edición.
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